(GMPOST) Airgetlam (Priv Kaiser/ Ian )

Ainé con su poder de teletransportación había mandado a Kaiser y a Ian a Sgrios Cinneacth. Ella les advierte que no tardarán mucho en ser detectados por los fomori por lo que deben ser rápido. Una pequeña esfera roja es entregada a ambos la cual al chocar contra el piso forma una puerta, suficiente para utilizar el poder de las llaves si es necesario huir.

Como siempre, Sgrios era una isla muerta, de cielo obscuro y piso purpura. Los relampagos golpeaban con fuerza y no parecía obscurecer nunca... de cierta manera incomoda no era de día tampoco.

Justo al llegar a laisla de la destrucción, Claimh Solas comienza a soltar un tenue brillo...

-Claimh ya no está…- Le susurré y luego me rasqué la cabeza, supongo que eso era algo que debí haberle explicado antes de llegar pero bueno, ya no había tiempo…
-Te contaré cuando regresemos…- Agregué y levanté un poquito la espada con algo de dificultad al tener que maniobrar con ambas cosas. Estábamos solos ahora pero la espada nos iba guiar a donde quiera que esté el Lia Fáil…

-¿Crees que puedan olernos?- Pregunté, no quería asustarlo o asustarnos mejor dicho pero Zeo podía y Dylan…


-Ven! Por acá…- Comenté señalándole un lugar. –Ten cuidado…-

-Shhh!- Le respondí haciéndole una seña para que no hablara tan fuerte y por un momento me detuve, solo para asegurarme de que nadie nos hubiera escuchado. Al “comprobarlo” reanudé el paso, no estaba seguro hacia donde iba…lo único que tenía eran las palabras de Sadhya y la tenue luz de Claimh Solas que parecía estar reaccionando.

-Lia Fáil es solo el comienzo…- Le dije bajito mientras seguíamos caminando, la verdad es que era bastante difícil caminar con la obscuridad de la isla pero sabía que nos estábamos acercando.

-Kaiser…- Murmuré una vez más. Estaba seguro que nos estábamos acercando porque a lo lejos podía ver un pequeño santuario de roca blanca, a pesar de que estábamos en la obscuridad, ese pequeño lugar en medio de la nada resaltaba entre toda la isla y emanaba una tenue luz y más importante era justo como Sadhya lo había descrito.

–Es ahí…-  Le dije y levanté el pulgar un poco más animado. Solo faltaba un poco más y podríamos salir de aquí…


-No sé qué encontraremos pero ten cuidado… tenemos que encontrar la piedra pero más importante…tenemos que regresar- Comenté usando un tono más serio. –Siempre hay una manera…- Largué un suspiro.

-A las 3...


1...


2...


3...


CORREEE! CORRE!!-

Los dos chicos llegan hasta el Santuario que brillaba por si mismo. Cada roca, cada una de las estatuas tenían un brillo bastante peculiar que no lastimaba a la vista, pero les permitía ver con toda tranquilidad aun dentro de la obscura cueva. Este se conformaba solo de una camara grande en la cual en su centro tenia en ella la estatua en tamaño real de Nuadha, Rey de los Tuatha de Danaan. Este empuñando a Claimh Solas apoyandola en el piso mientras que ahi, sustituyendo su brazo derecho estaba el mitico brazo legendario forjado por los mismos dioses. Airgetlam, el brazo sagrado de Nuadha.

Mientras los chicos admiraban la escultura que parecía estar viva, Claimh Solas parpadeaba con su luz para avisarles que no estaban solos... una extraña neblina negra se arrastraba por el piso, entrando por entre las columnas del santuario... abultandose y tomando una forma humanoide...

Me quedé embelesado por la estatua pero no había tiempo que perder, no estábamos solos y esa misma presencia acababa de revelarse frente a nosotros.

-Tenemos que tomar la estatua!- Le dije a Kaiser aunque todavía no tenía idea de cómo cargarla…tan solo el brazo que necesitábamos era más grande que yo. –Eso!- Agregué señalando la mitaca extremidad. A pesar de que todavía tenía un par de sellos restringiéndome, gran parte de mi mana había vuelto…

-Nova, Noir!- Dije mientras que un brillo plateado rodeaba mi cuerpo y lentamente se iban formando la figura de dos lobos alados…


-¿Cómo la llevaremos?-

El poder de Kaiser es anulado por la neblina que se lanza para extenderse por todo el santuario. Una figura brota de aquella nube densa con una larga gabardina negra y con dos ojos rojos flameantes.
- Pretenden humillar al Rey de los Fomori pisando esta tierra? - murmura Cichol abriendo las manos y dejando salir dos enormes fomoris, mas grandes y musculosos que los normales - Denme una razón para no matarlos en este instante...

Una energia proveniente del niño de pelo negro atrae la atención de Cichol, observandolo con molestia.
- Tu... eres el niño de la vez pasada.... y tu eres el portador del Sigilo...

“¿No funcionó?” Pensé sorprendido, supongo que Kaiser tenía razón y el mismo truco no iba servir dos veces…

Ambos lobos se pusieron delante de nosotros como barrera entre mí y Cichol, Nova y Noir eran dos hechiceros muy fuertes pero lo que me temía es que ni siquiera su magia pudiera alcanzar al rey de los fomori…

-¿Qué pasó?l!- Le dije a Kaiser confundido…¿Por qué ya no lo detuvo? bueno, no era el momento de pensar en eso, automáticamente me puse a la defensiva y los dos lobos no perdieron tiempo para atacar a los fomori “gigantes”

-Voy a recuperar a Mac…- Le advertí al rey tratando de sonar lo más amenazador que podía, mi aura volvió a expandirse de nuevo...

Al mismo tiempo un potente rugido salió de la boca de Noir, uno cargado de mana… todo el santuario vibró con fuerza como si estuviéramos a punto de ser víctimas de un terremoto y todo a nuestro alrededor empezó a estallar al encuentro con la onda de sonido.

-¿No puedes llevarla con un hechizo?- Le pregunté al conejo. Definitivamente yo no…yo solo podía destruir cosas…

Si bien mi magia no iba poder alcanzarlo…había algo a lo cual ni siquiera los dioses podían escapar…las leyes del mundo…

- Recuperarlo? No me hagas reir.. - dice Cichol explotando su aura roja y haciendo que el tiempo vaya mas lento en todo el lugar - Ustedes no tienen idea de lo que haremos con ese chico... Ustedes no tienen idea de lo que signifia ser un Fomori...

-Tener que vivir bajo tierra.. asustado del sol.... sin un lugar en este mundo.. somos la unica raza que no se le permite vivir entre ustedes... somos marginados.. - murmura al momento que tres espadas se forman de su aura roja y apuntan a los chicos. Hace un movimiento con su mano y los cachorros se revientan como si fueran palomitas - Si los mato ahora.. se transformarán en la primer amenaza que leharemos a Keitaro Furukawa si se sigue metiendo con nosotros... Los fomori no descansaremos hasta que nos quedemos con todo... Pronto tendremos el Arpa de Dagda con la cual apagaremos el sol.. y luego utilizaremos a Nuadha para levantar Tir Na Nog una vez mas....

Cichol sonrie un poco mientras apunta las espadas a los niños.
- Sin embargo ustedes no vivirán para contarlo... seran sus cabezas y sus organos los que hablarán por ustedes...

Sin decir mas.. las espadas vuelan en dirección de los cuellos de Ian y Kaiser...

-Kaiser! Rápido!- Le grité histérico al conejo, ahora sí mi corazón estaba latiendo como nunca…

Destruyó a Nova y Noir de un solo golpe…dos seres que estaban casi a la par de los magos más poderosos del mundo mágico…era exactamente esa misma sensación de cuando enfrentamos al gorrión negro hace casi un año…

-Tenemos que irnos…ya- Murmuré bajito sintiendo una inmensa pesadez para moverme…pero…tenía un plan y tal vez sería la única oportunidad que tendríamos para escapar de esto…con vida…

-Kaiser…pase lo que pase…usa la llave en cuanto lance sus espadas…confía en mí! Solo hazlo! Y llévate la estatua- Dije corriendo hacia donde estaba Cichol…-Si, si! Yo iré también!-

Ese truco…no funcionaría dos veces…

Al mismo tiempo, las rocas del santuario se cubrieron de una luz dorada pero todo era tan repentino que parecía que provenía de otro tiempo…

La luz salió de todas direcciones, potentes rayos salieron disparados hacia el rey…mi mana no podía tocarlo pero la ¿luz de la isla?

La esferita choca contra el piso, los hechizos de Ian parecen comenzar a crearse y Cichol se siente cada vez ofendido.
- NO VAN A PODER ESCAPAR ESTA VEZ - dice Cichol rompiendo sus hechizos con el poder de su voz. Las espadas siguen su trayectoria en dirección al cuello de Ian y Kaiser. Sin embargo, en fracción de un instante puede sentir una presencia indeseable... lo único que puede pensar es.. "Tuatha de Danaan"...

Antes de que las espadas lleguen hacia ellos, un enorme torbellino rodea a los chicos desviando las espadas que se clavan en las paredes y el techo. Cuando este se desvanece una mujer bastante alta, muy similar a Sadhya pero con colores verdes y alas blancas esta frente a ellos.
- Cichol Gricenchos - murmura Dechtire extendiendo sus alas - No sabía que te habías vuelto tan cruel que atacaras niños pequeños.... ¿Tanto ha llegado tu ambición?

Dechtire había estado siguiendo a Ian y Kaiser desde que salieron del Instituto por orden de Sadhya. Aunque similares en rostro, la Tuatha de Danaan del viento era más tranquila y amable.
- Al fin, Airgetlam será util para lo que estamos preparando. Será mejor que pienses bien tus estrategias, Cichol, puesto que no dejaremos que conquisten a este mundo tan facilmente...

Mirando de reojo a los chicos, esta le sonrie amablemente.
- Nos vamos??

Sin decir nada más, un torbellino verde comienza a rodearlos y desaparecen sin dejar rastro siquiera de la estatua de Nuadha...
- Nos vemos luego.. Cichol Gricenchos...