Abrazo fraternal - Priv Jules

Ryo sabía que algo andaba mal con Jules. Y no se refería sólo al hecho de que el ángel había estado en coma durante varios días después de la pelea. Eso era... normal, hasta cierto punto, siempre que el Instituto Furukawa terminado involucrado en una guerra. No, el día que lo vió despertar sabía que había algo mal dentro de su alma, o diferente tal vez. No quiso indagar mucho, y la Doctora no había revelado mucho tampoco, lo cuál sólo lo hizo sospechar más. Pero estas cosas ya no se le escapaban, ahora veía mucho más, tal vez incluso más de lo que la gente quisiera.

En uno de los días libres, habló con Ian Silverwing para que le diera acceso a la mansión donde sabía que Jules, Ruby, Ithuriel y otros más se estaban quedando. Sabía que era una mansión mágica, así que le ordenó al inmueble que lo llevara a un lugar agradable para hablar. Al salir a la terraza sintió la brisa y sonrió. Esperaba que al menos la vista fuera bonita para Jules. Estando ahí, el demonio se lleva un par de dedos a la sien, cerrando los ojos y buscando la mente de Jules dentro de la mansión.

-Jules, soy Ryo. Tal vez quieras venir a la terraza del tercer piso. Traje las empanadas que te gustan de la cafetería~

Sabía que no tenía que explicarle mucho. Él estaría ahí siempre que Jules lo necesitara, y ahora, gracias a su nuevo poder, podía hacerlo antes de que el ángel tuviera que pedírselo.

Jules se levanta casi de un salto de su cama al escuchar a Ryo, ¿Estaba en la mansión?. Se pone una camisa, oculta sus alas y cuernos y se dirige a buscarlo. De lo agotado que estaba sentía que casi no avanzaba, lo cual lo frustraba, no podía esperar a ver al demonio y sentía que se estaba tardando mas de la cuenta. Por fin aparece por la puerta de la terraza, sonriendo al verlo.

-Ryo- le dice, para que el demonio notara su presencia. Se acerca despacio para evitar espantarlo sin querer. Había algo muy importante que quería contarle, pero se le dificultaba saber por donde empezar. ¿De que manera reaccionaria él ante la noticia? Comienza con la pregunta normal, después de algo como lo que acaba de suceder.


-¿Como te sientes?- le pregunta, bajando la mirada buscando la manera correcta de continuar.

-Eso es lo que debería estar preguntando yo,- responde el demonio sonriendo y levantando la bolsa con empanadas para ponerla en una mesita de centro. -Yo no fui el que estuvo en coma varios días... Peero, estoy bien. Sólo he estado algo ocupado con cosas de la fraternidad.

El demonio hace una pausa, sonriendo y conteniendo un suspiro. Cómo empezaba la conversación? Suponía que era una de esas situaciones en las que la única forma de hacerlo era ir al grano. -Pero algo me dice que tú no estás bien. Nada bien de hecho... Algo cambió, no es cierto?- Mientras habla, Ryo le hace un ademán a Jules para que se sentara a su lado, no al otro lado de la mesa. Su instinto le decía que el más chico iba a necesitar un abrazo bastante fuerte...

Jules solo sonríe ante las palabras de Ryo. Ya llevaban un tiempo de conocerse y de trabajar lado a lado, día tras día. Suponía que de cierta forma era normal que el demonio pudiera leerlo mejor que nadie. El chico camina para sentarse a su lado.
-Todo cambio- le dice -Ya no se que debo hacer, ni si quiera estoy seguro de que o quien soy-.
Poco a poco el abbadon revela su verdadera forma, sabía que el demonio no podía verlo, así que tendría que mostrarle de otra manera. -Mira- dice tomando con cuidado una de las manos del demonio y colocándola en su cabeza para que pudiera "ver" que ahora tenía cuernos.

-También tengo otro par de alas, eso no es tan malo, pero.. - agrega en un tono un poco mas serio -Ese día, Heaven mando a uno de mis amigos a matarme- dice lo último en un tono algo triste. -No se que esta pasando- mencinoa al final, aun luciendo bastante controlado. Quizá era el cansancio, el no haber descansado los utimos dias, lo que estaba limitando su rango de emociones.

-Así que de eso se trataba...- murmura el demonio sintiendo los nuevos cuernos de Jules con sus manos. No pensaba que el cambio que había sufrido su alma hubiera sido así, pero esto no era... nada normal. Los ángeles no eran como los demonios, no podían cambiar de forma. Entonces...

-Qué? A matarte? Quién? Por eso estabas tan lastimado?- Ryo empieza a cuestionarlo con un poco más de preocupación esta vez. Quien fuera que lo había lastimado así... tenái que pagar de alguna forma. No sabía por qué, pero parecía que siempre que había un ataque en el Instituto Jules siempre era de los más afectados, fuera el motivo que fuera.

Y de hecho... juntando punto A con B, el incidente en el que el ángel había matado a alguien... pudiera estar relacionado con esto? -Espera... cuéntame todo esto con detalle. Qué fue lo que pasó en Tir Na Nog?

-Hasta donde se, no es algo normal- le dice Jules, al sentir como el demonio tocaba sus cuernos. -Ni siquiera se donde comenzar a buscar información, pensé que, tal vez tu podrías ayudarme- le dice, buscando algo en donde iniciar, y quizá revertir lo que sea que había sucedido. 

-Y sobre eso, bueno, no te preocupes. Ya me siento mejor y, sigo vivo porque al final rechazo la misión- le dice al demonio. Algo deprimido al recordar que aunque él seguía con vida, Sylvain había perdido todo. Por fin suspira, buscando por donde iniciar con la historia, seguro solo le interesaba la parte del cambio.

-Bien, uhm, después de nuestro combate juntos, muchas personas fueron convertidas en piedra. Tu, también- le dice dudando un poco, sin saber que tanto recordaba el demonio.

-Y luego apareció esta chica, que, mató a Zadquiel, a Lorenzo, y a Yunn. Creí que los había matado, y lastimo mucho a Kaiser, y a mi, y a Ruby- dice la ultima parte con algo de dolor, las plumas en sus alas poniendose de punta al recordar la imagen. Aletea un poco para regresarlas a su posición. -Y bueno, creo que, me moleste bastante cuando vi que, mataría a Ruby. Y de un momento a otro, yo estaba de pie, apuntando a ella con mi mano, había lanzado el Heaven's Arrow contra ella. Yo- la mate, la había matado -Yo la mate- dice lo ultimo, casi en estado de shock, ¿Como no lo había recordado antes? ¿Desde cuando destruir una vida se había vuelto algo tan irrelevante?

-Creímos que todo había terminado entonces, yo, aun no estaba seguro de que sucedía, ya tenia los cuernos y mis alas nuevas y entonces. Él me llamo, desde el cielo, estaba flotando, dijo que tenia un asunto conmigo y que Heaven lo había enviado. Heaven le ordeno que me matara- dice la frase aun con un dejo de incredulidad. -Y antes de lograrlo, de matarme, renuncio a su misión, a todo- suspira pesadamente, recordar todo eso había sido mas cansado de lo que pensaba, y su cabeza comenzaba a dolerle. 


-No se que hacer Ryo, nunca me había sentido tan perdido- le dice cabizbajo, sin ver al demonio a su lado.

Ryo escucha con atención, prestando especial interés en ver cómo el alma de Jules fluctuaba de un lado al otro mientras el más chico recordaba. Por más que él intentaba ayudarlo, siempre pasaba algo que lo hundía más que la vez anterior. Sin embargo, esto ya no parecía ser simple casualidad... esto iba más allá de los eventos. Si Heaven había enviado a un ángel a matar a Jules... si había impuesto a alguien el eliminarlo como un llamado, eso quería decir que fuera el cambio que fuera el que sufrió, Jules ahora era algo importante. Único incluso. Jamás había escuchado de algo similar...

-Hey, hey...- le dice el demonio poniendo una mano sobre la espalda de Jules. -Vamos, vas a estar bien. Sé que... tú sabes, con todas las invasiones y las guerras puede que no parezca como el lugar más seguro del mundo, pero sabes por qué sucede todo esto en el Instituto Furukawa? Es porque aquí están de las personas más fuertes y confiables del mundo. Estoy seguro que nadie te dejará solo, Jules. Al menos yo nunca lo haré, y lo sabes.

Después de sus palabras, Ryo jala de nuevo a Jules para darle un abrazo, recargando la cabeza del... ángel? sobre su hombro. -Sólo recuerda... Tú eres tú. Aunque no sepamos exactamente qué esté sucediendote, nunca vas a dejar de ser Jules Caterham. Sigues siendo el encargado de la enfemería, y aún puedes estudiar medicina.

Ryo sonríe un poco, acariciándole la cabeza a Jules con una mano. -Lo que quiero decir es que tu futuro sigue siendo el que tú desees que sea. Y yo y todos los que te queremos vamos a ayudarte a que así sea. Juntos investigaremos qué está pasando contigo, y juntos hallaremos cómo solucionarlo.- Hace una pausa, apretando un poco el abrazo y casi escondiendo la cara de Jules en su pecho. -No estás perdido, Jules. Estás justo aquí.

Si había alguien en este mundo que siempre lo tranquilizaba, y siempre se convertía en la voz de la razón cuando su mente era una maraña de pensamientos y sentimientos, ese definitivamente era Ryo. Una vez mas, el abbadon se preguntaba que sería de él si aquel demonio le hiciera falta, abrazándolo con fuerza como siempre hacia después de una situación como esa. Saber que estaba cerca siempre lo tranquilizaba, el chico cierra los ojos un momento, respirando, escuchando el corazón de quien hace poco era como un maestro en la clínica.
 

-Gracias Ryo- le dice por fin, dejando ir del abrazo.  -Tienes razón, como siempre- sonríe un poco -Por ahora lo único que puedo hacer es intentar continuar con mi vida como hasta ahora. Solo...- se queda pensativo unos segundos, decidiendo su continuar -Duele un poco saber que Heaven no solo me rechazo, si no que además me odia lo suficiente como para querer mi muerte. Siempre estuve seguro de que era un ángel, y que cuando fuera él momento, regresaría a los cielos- le dice levantando la vista al firmamento -Ahora nada de eso es siquiera una posibilidad- menciona encogiéndose de hombros. No mencionando de ninguna manera concreta, como su corazón se sentía roto al saber eso.