Relaja...ción? (Priv Rules)

Era el día siguiente de la pelea en la OMST, la demonio había perdido una pierna y un ojo y casi los brazos, aunque por suerte estos se salvaron, pero ahora para moverse a todos lados tenía que volar lo que significaba solo una cosa, no podía practicar mugby hasta no recuperar la pierna —Maldita sea!— Estaba golpeando un saco de box mágico, para que fuera más duro y pesado de lo normal, mientras se intentaba mantener estable con el movimiento de sus alas, aunque no era tan fácil el dar golpes fuertes y esperar no salir disparada como el saco sin tener una base firme.

Al menos Kaiser estaba bien, y al parecer las bajas que había tenido la escuela no habían sido tantas considerando la gran cantidad de gente que fué. Los niños estaban bien en lo que cabía, las clases empezarían pronto, era como si nada de esto hubiese ocurrido...igual que siempre, la fuerza del próximo golpe de Ruby fue tanta que sus alas no lograron detenerla antes de caer de espaldas al suelo, ante lo cual la demonio comenzó a soltar una cantidad increíble de groserías y gritos de coraje, mientras intentaba perforar el suelo a puñetazos.

-Cálmate Ruby- le dice Jules, quien aparece de pie por sobre su cabeza, viendo hacia abajo a su novia en el piso. Se agacha para ayudarla a levantarse, no se veía preocupado, o molesto, últimamente el ángel cargaba con una expresión muy neutral, lo que hacia mas difícil saber lo que en verdad sentía o pensaba.


-No debiste pedirme que me quedara, pude haber ayudado- le dice con la tranquilidad del mundo, a la vez que la toma de la cintura para que apoyara en él, sosteniendo su brazo para ayudarla con su balance. Recordaba claramente como aquel día ella había salido corriendo del aula, diciéndole que se quedara ahí. Quizá también fue su culpa, debió haberse quejado de aquella orden en ese momento y tal vez así su alma eterna no la estaría pasando tan mal ahora.



-¿No quieres hacer otra cosa?- pensaba que un cambio de actividad seria mas útil, golpear cosas no era de lo mas seguro, o productivo , cuando tu cuerpo no estaba al 100%.

—Y arriesgar a que salieras a liberar tus poderes a un lugar donde estaba el emplumado inocentón? tsk hasta crees que esa habría sido una buena idea— Además de haber estado Jules ahí, seguramente habría sido incómodo para la demonio el haberse fusionado con Kaiser....más de lo que ya fué, la fusión seguramente no habría durado.

—Además fué mi error por dejarme llevar y golpear a esa cosa de forma tan fuerte, pero nadie tiene el derecho de lastimar a Kaiser de esa manera— Los ojos comenzaron a brillarle mientras se soltaba lentamente de Jules y volvía su antigua actividad hablando entre golpes.

—Estoy bien con esto, además subestimas el poder de mis alas si crees que la fuerza de mis golpes las van a detener— Esto último lo dijo con un tono algo más tranquilo, seguía estresada por todo lo que había ocurrido, Kaiser casi había muerto, no se perdonaría jamás si algo le pasaba a esa barbacoa inútil si estaba presente —Al menos los niños regresaron bien y los daños fueron mínimos— Dijo mirando a Jules de lado, últimamente actuaba más como un ángel...o mejor dicho, como un demonio caín, eso de ocultar tan bien sus emociones le resultaba algo incómodo a Ruby.

-Vamos dame algo de crédito, después de todo, gracias a ti ya puedo transformarme a voluntad- le sonríe un poco.


-Y en cuanto a mi "poder" te recuerdo que ni siquiera hemos probado su alcance, la ultima vez perdí la batalla, no creo que sea algo tan terrible como
 piensan- dice dejándola seguir con su actividad. Sin embargo, se queda a su espalda, listo para atraparla si vuelve a caer.


Jules desvía la mirada un poco a la mención de Kaiser, serio, los tres eran amigos, pero no podía evitar sentir algo de celos cada que Ruby mostraba tanta preocupación por el conejo. Tal vez seria mejor regresar a la clínica pronto.



-¿Sabes cuánto tardaras en recuperarte esta vez?- de verdad le preocupaba lo mucho que parecía estar batallando. Ruby tenia alas fuertes, si, pero también el resto de su cuerpo lo era, y no estaba seguro de que su balance de fuera el mejor en ese estado, menos después de la caída de hace unos minutos.

Ruby detuvo sus golpes y volteó a ver al abaddon —No es como si me cortara partes del cuerpo cada tres segundos para saber cuanto tardarán en sanar— Le respondió molesta a su pregunta, para luego resoplar y mantenerse a flote con un ligero movimiento de sus alas —aunque imagino que el ojo será más rápido, no se cuanto tarde en regenerar la pierna—.

El alcance del poder de Jules, ruby cerró los puños mirándolo con el ceño fruncido, realmente deseaba lanzarle un golpe en ese momento —NUNCA pruebes el alcance de tu poder, no te atrevas a despertar las alas del caos! Tu forma ya cambió bastante, no sabemos que tan cerca estás de madurarlas, y definitivamente no es una opción el averiguarlo— a diferencia de Jules Ruby mostraba todas sus emociones en sus acciones y palabras, y no faltaba conocer bien a la demonio para notar lo que su mirada decía a gritos, le estaba rogando al abbadon a no ocasionar ese cambio, era obvio que tenía miedo por el, por cualquiera, por el mana del mundo....pero sobre todo, tenía miedo de saber que si Jules resultaba ser la amenaza que tanto presumía Pad que podría ser, Ruby sería quien terminara con la vida de su alma eterna, no podría permitirse ver a nadie más hacerlo.

-Se que no es algo constante, pero crei que ya tenias mejor control sobre tu forma- le dice, tan tranquilo como siempre. Y aunque no queria, de verdad tiene que hacer un esfuerzo por controlar su sonrisa cuando el tema de su poder sale, girando los ojos, como si ya hubieran tenido esta conversacion muchas veces.


-Piensa en ello, todos estos cambios y aun sigo siendo yo- "Una pequeña prueba no lo va a estropear", pero decir esto ultimo solo haria enfurecer mas al demonio, y lo que menos queria era que se lastimara de nuevo en una rabieta. Por otro lado, desde hace un rato, la encontraba aun mas atractiva cada que se enojaba, lo cual era constante para su fortuna.



-Ademas, ¿Alas del caos? ¿Has estado hablando con Pad de nuevo?- le dice, obviamente intentando molestarla, ni se estaba preocupando por ocultarlo en su tono. Aunque el que se refirieran a él de esa manera ya le daba mas gracia que preocupacion, ya varios años habian pasado desde su primer transformación.

—Es mi nuevo jefe, no es como que pueda evitar hablar con esa estúpida bola de azúcar— Un gruñido escapó su garganta mientras cruzaba los brazos con molestia, de lo contrario estaba segura de lanzarle un golpe al abbadon si seguía hablando con ese tono.

—Sigues siendo tu my ass! ahora pareces más un demonio caín cuando no andas uniéndote al escuadrón de bromas estúpidas— Impulsándose con sus alas dió una patada al saco de petea con todas las fuerzas que podía —tch, normalmente eso habría sacado volando este poco peso— Y claro está que por poco peso se refería a que pesaba unas 15 veces lo que Ruby.

—Oy Jules, voy a salir a tomar con el Boss esta semana— al decir esto la demonio volteó a ver a su novio, su rostro se encontraba serio con bastantes hints de molestia, pero sabía que salir un rato con Harun la haría calmarse, o al menos eso esperaba, todo esto era una locura, un árbol diabólico, un tentáculo gigante proveniente de otro plano? en serio, que diablos estaba pasando, como si con lo de Jules siendo un abbadon no fuera suficiente.

-Solo no dejes que te meta ideas tontas en la cabeza- dice, dando un paso atrás viendo como el demonio luchaba por contener su idea, a la vez que una pequeña sonrisa se dibujaba en las comisuras de la boca del abaddon. La cual, desaparece de inmediato cuando la escucha compararlo con un demonio caín. Simplemente suspira pesadamente, decepcionado de saber que seguía pensando así de él. Si no podia lograr que su alma eterna confiara en él, menos los demás.

Al menos ya había cambiado de tema a… ¿salir? ¿esta semana?

-Esta bien ¡Diviértete!- le dice intentando verse feliz por ella, después de todo el salir a pasear fuera de la escuela ya había dejado de ser algo que podia ofrecerle. No tenia ni caso preguntar si podia acompañarlos, ya llevaba dos años encerrado en Furukawa, y desde hace tiempo se sentía como una prision mas que una escuela, no tenia permitido salir de ahi sin vigilancia. Y no se atrevía a pedirle nada esta ocasión, la ultima vez la había sacado de su camino pidiendo que de regreso le comprara algo en un restaurante nuevo, retrasando a su pareja casi dos horas. 

Ruby le había dicho mil veces que era su alma eterna, y que lo amaba, pero aun dudaba si algún día, este tipo de cosas, situaciones, la harian cambiar de opinion. Ahora era hora de pensar en que haría mientras ella estaba fuera, ademas de preocuparse por lo que su “jefe” podría intentar.


-¿A donde irán?- le pregunta, tratando de seguir la conversación y pasar un poco mas de tiempo con ella antes de que lo llamaran de regreso a la clínica.

—Supongo que al bar, pero la verdad no se, boss es  un Tahur después de todo, conoce bastante los comercios de los alrededores, aunque me pregunto como saldré sin verme sospechosa con la falta de una pierna......creo que lo más simple sería el bar— Dijo cerrando el único ojo que podía cerrar en este momento mientras se llevaba una mano al mentón pensativa —Quieres que te traiga algo?, aunque no hay mucha diversidad?—.

Retiró el hechizo del saco de pelea quitándole el extremo peso extra y fué a sentarse en una esquina en la que había dejado su agua invitando a Jules a sentarse a su lado —Puedes....sacar tu cola?— Preguntó con un ligero sonrojo mientras daba un trago a su botella de agua y ondeaba ligeramente su cola, esperanzada a que le dijera que si o que lo hiciera sin decirle nada —Sabes?, extraño cuando eras  más expresivo, ahora solo puedo saber cuando estás molesto o triste por el aroma.....pero no tengo un olfato desarrollado para distinguir otras— dijo esto mirando la botella con su brillante ojo amarillo bastante molesta.

—¿Un faux no te ayudaría a ocultar el problema de tu pierna? ¿O algún hechizo naranja?- sonríe cuando le pregunta por traerle algo. ¡Lo recordó! Y aunque había muchas cosas que extrañaba de su ciudad natal se negaba a pedirle algo después de esa ultima vez. 

-Estoy bien, no te preocupes- Camina hacia ella, con su blanca cola visible, no tenia que pedírselo dos veces. 

-Perdon- le dice una vez que esta a su lado. -Es solo que, te preocupas mucho por mi, y por lo que puedo hacer, creí que seria mejor si mantenía la calma en todo momento-

-Crei que te haría sentir mas segura, si siempre mantenía la calma- le dice girando sus ojos para observar al demonio, después de todo era muy expresiva y quería saber lo que pensaba. Era la primera vez que hablaban de esto, la primera vez que le preguntaba por ello, al parecer el abaddon había estado haciendo todo mal sin darse cuenta. 


-Ruby, ya van varias veces, que me comparas con un demonio caín…- duda por sun segundo, sobre si de verdad quería saber o no -¿Como, son ellos?- pregunta suponiendo que, al haber vivido en Hell, los conocía un poco mejor.

Al momento en que Jules se sentó a su lado con la cola de fuera enrollo la propia en la ajena, mirando al ángel mientras hablaba, sus ojos se pusieron cristalinos al escuchar como todo lo que hacía lo estaba haciendo por ella —No estás más calmado, simplemente pretendes estarlo, escondes tus emociones, eres un ángel! ángeles y demonios estamos hechos de emociones, lo peor que puedes hacer es ocultarlas...— Si alguien podía notarlo eran las personas cercanas a Ruby, en este momento la demonio estaba furiosa pero más que nada sentida....se sentía culpable de saber que Jules se estaba haciendo esto para no preocuparla.

—Un demonio Caín puede estar cara a cara con la muerte y mantenerse neutro y tranquilo. Experimentar el dolor más fuerte y no inmutarse siquiera— La demonio soltó un profundo suspiro luego de citar el libro de biología —En pocas palabras son los demonios cuya emoción no es muy fuerte, y algunos ni siquiera creen que estas existan. Se que tú las sientes porque puedo oler un par, pero eso no significa que me guste que pretendas ocultarlas y mantenerte neutro ante todo—.

Dejando la botella en el piso volteó a ver a Jules, implorándole con la mirada que dejara de hacer aquello —Cuando mencioné a Kaiser y al Boss, te molestaste un poco, si algo te molesta se abierto con ello, guardar tus emociones no te llevará a nada bueno— Al decir esto recargó la cabeza en el hombro de Jules mirando el gimnasio antes de cerrar un poco el ojo, tenía que concentrarse en recuperar su pierna y su vista, aunque seguramente se tardaría mínimo un mes, solo esperaba que nada más pasara en ese tiempo.

El angel le sonríe un poco, quitarse aquella costumbre que ya llevaba casi un año practicando sería complicado. Sin embargo, ser mas como un demonio caín no sonaba a algo tan malo, si podía controlarse hasta el punto de solo sentir lo mas esencial, nadie correría peligro. No había posibilidad de que sucediera algo que le hiciera perder la cordura y crear un evento catastrófico, aunque aún creía que todos exageraban respecto a ello. Él era incapaz de algo así.

Y sobre sus sentimientos ocultos, sobre Kaiser y su jefe, ya que andaba confesando quizá sería lo mejor aprovechar.

-No es nada, solo, celos de novio, supongo- le dice, con esa expresión cansada, neutra de ultimamente. Sin embargo la punta de su cola se movía lentamente en un vaivén de arriba a abajo, delatando sus verdaderos sentimientos en contra de su voluntad y costumbres. Nervios, ansiedad, el miedo a perderla a alguien mas.

-No quiero que te detengas por mi, se que estar siempre aquí es aburrido. Probablemente aproveche y vaya a visitar a Ryo ese día, aun no lo veo esta semana.- dice tomando la mano de Ruby en las suyas, inconforme con el anillo que le había regalado. ¡Si tan solo pudiera salir! Con un trabajo en una cocina de verdad pudo haberle ofrecido algo mucho mejor.

"Celos de novio" por alguna razón últimamente el escuchar esa última palabra de Jules le incomodaba, pero no entendía muy bien porque, es decir, si eran novios, y si lo amaba y si era su alma eterna, entonces, por qué le incomodaba tanto? Extrañamente Ruby no comentó nada ante eso, era como si estuviera acostumbrada, pero claramente había algo más ya que no solo la cola de Jules sino la de Ruby también comenzó a moverse, aflojando el agarre en la ajena y demostrando su confusión.

—No es tan aburrido estar aquí, después de todo siempre está Kaiser para molestar— Habló sin darse cuenta esbozando una ligera sonrisa....Jules le acababa de decir que sentía celos de Kaiser, entonces, por qué lo había mencionado? Abrió el ojo mirando el anillo en su mano, misma mano en la que cargaba la pulsera de Zadquiel, sin quitarle la mano al abbadon tocó la pulsera inyectándole mana para calmarse un poco, que ocurría?

Ruby volvió a tragar saliva mirando el anillo de compromiso, inseguridad mostrandose en su mirada...por qué estaba pensando en otras personas ahora, no se suponía que Jules era su alma eterna? qué le había atraído de él? Mientras trataba de responderse su cola terminó desenroscándose de la ajena a la par que la demonio clavaba la mirada en el anillo, tenía muchos recuerdos de estos dos años, pero, por alguna razón los de Jules no eran los que más le llegaban, eran las risas y las tonterías que habían pasado en la mansión mientras el abbadon se lamentaba y luchaba por controlar su forma.

Finalmente Ruby retiró su mano de entre las de Jules llevándosela al pecho, colocándola sobre su corazón, por qué mientras más pensaba en esos días el rostro que aparecía más no era el de Jules?, por qué era el rostro de alguien más? La demonio tragó saliva mirando al frente sin realmente mirar a ningún lado, su expresión aterrada, qué estaba ocurriendo?

Jules sonríe, lo malo y quizá lo bueno de Ruby, es que le era imposible ocultar sus sentimientos. El ángel vuelve a tomar su mano entre las suyas con delicadeza, acercándose un poco para que lo viera a los ojos.

-Ruby- le dice lentamente, asegurándose de que lo escuchaba y le estaba poniendo atención.

-He notado que, desde que mostré mi forma verdadera, no me ves de la misma manera. He cambiado mucho y, también los has hecho tu- refiriéndose a que cuando se conocieron Ruby era varón y definitivamente no aparentaba ser tan sensible como ahora.

-No somos los mismos que éramos cuando nos conocimos, y siento que, últimamente, no me amas de la misma forma en la que yo te amo a ti - dice bajando la mirada, cerrando los ojos y recargando su frente en la de ella, como aquellos días en los que tocarse mas que eso les era imposible.

-Lo entiendo, ya no soy un ángel, ya no soy de quien te enamoraste, ni quien una vez juraste era tu alma eterna. Como dices, cada vez parezco mas un demonio Caín- libera su mano, con cuidado deslizando el anillo fuera de su dedo. La toma de la cara para besarla, con la misma delicadeza de siempre, como si temiera romperla, un beso rápido para no molestarla, el ultimo beso que le daría. Se separa de ella y la observa de nuevo, nunca mas la vería de tan cerca. 

-No te tendré atada a mi, no hay razón para que los dos pasemos por el mismo infierno- le dice con su misma actitud neutral, con una ligera sonrisa como siempre. Quizá el nunca mas seria completamente feliz, pero le agradaba saber que no condenaría a Ruby al mismo destino.


 -Ahora eres libre de nuevo, de hacer y elegir lo que quieras- se levanta lentamente de la banca. -No me tomara mas de unas horas recoger mis cosas ¿Porque nos vas a pasear un momento mientras termino?- y con esas ultimas da la vuelta, sin prisas, dirigiéndose a la salida para encaminarse a su habitación.

Qué estaba pasando? todo era tan rápido, Jules le estaba diciendo cosas, soltando cosas al aire mientras ella se aterraba cada vez más, hasta que lo sintió, cuando el abbadon le dió el beso probó el amargo y delicioso sabor de la tristeza lo cual la hizo reaccionar totalmente molesta al ver como el ángel se separaba con aquella expresión neutra y una ligera sonrisa.

Al presionar las manos en un par de puños pudo sentir como ya no tenía el anillo, cuándo se lo había quitado? Miró a Jules con los ojos abiertos como platos mientras se levantaba, y en un movimiento se paró detrás de él jalándolo del hombro para que le diera la cara y recibirlo con un golpe en la mejilla, no lo suficientemente para noquearlo pero si para destartabillarlo un poco.

—Soy libre!? qué demonios te estás creyendo!? No me voy a liberar de que seas mi alma eterna nunca!— Porque...Jules era su alma eterna verdad!? Un par de orejas blancas le llegaron a la mente y con un fuerte punzar del corazón se llevó las manos a la cabeza, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo de frente, su cuerpo temblaba mientras comenzaba a llorar ligeramente —Me vale un comino si eres un ángel o no!— En este punto Ruby no sabía si le estaba hablando a Jules o a la imagen que comenzaba a formarse en su mente.

Aterrada de lo que estaba sintiendo presionó el collar que colgaba de su cuello, aquél que hacía par con la pulsera de Jules y cuya piedra era del mismo color que los ojos del abbadon, una parte suya quería arrancarse el collar y lanzárselo en la cara al menor, mientras que la otra le rogaba que se mantuviera aferrada a este sin importar que.

El golpe lo toma por sorpresa, desequilibrándose, dando unos pasos atrás para poder recuperarse u no caer. Ya hacia mucho tiempo que Ruby no lo golpeaba, años. Apenas estaba reaccionando del golpe cuando escucha las palabras de Ruby, retumbando en su cabeza. Voltea a verla, observando como cae el suelo. El ángel paralizado en su lugar, su cuerpo no le respondía.

¿Que había sucedido? ¿Que es lo que habia hecho? Esto no es lo que él queria, esto no es lo que deseaba. Todo lo que hacia era por ella, por verla feliz, y esto, esto lo había empeorado todo. ¿Que no es lo que Ruby quería?

Intenta caminar hacia ella, moverse, hacer algo, algo estaba mal, hasta que por fin, sus piernas le responden. Estaba en estado de shock, eso era todo, estaba bien, estarían bien. El ángel cae de rodillas frente a Ruby, abrazándola fuertemente, suplicando.

-Perdóname, perdóname, perdón. No se que sucedió, lo siento, yo, yo estaba mal- dice recargando su cabeza sobre el hombro de ella, quebrándose, ya no sabia que hacer, ya no sabia que esperaba ella de él. Últimamente todo lo que hacia estaba mal, sentía como cada vez se alejaba mas, como poco a poco él dejaba de ser la prioridad en su vida, quizá solo estaba malinterpretando todo. Era un estúpido, no debería desconfiar de ella así, no debería dejar que sus estúpidos celos lo controlaran de esta manera, todo estaba en su imaginación, eso era todo, estaba seguro.

-Perdóname Ruby. No se que hacer. Dime que hacer- le dice, apretándola fuerte, a la vez que el demonio sentía como el hombro donde el ángel estaba recargando se humedecía. Las lagrimas que había contenido por meses por fin resbalando lentamente desde sus ojos, y por un instante, Jules regresaba a ser aquel chico de tan solo 15 años que habia conocido hace años.

Brincó un poco en su lugar, cortando el llanto de golpe al sentir el abrazo ajeno, sintió como el abbadon temblaba mientras la sostenía entre sus brazos y podía sentir como el ambiente se llenaba más y más del aroma de la tristeza, hasta que no pudo más y comenzó a consumirla, sentía las lágrimas ajenas mojar su hombro mientras ella se sostenía del ángel, ahora que lo pensaba no había comido en un buen rato, seguramente solo era eso.

Siguió succionando la tristeza del alma ajena mientras este seguía llorando, tenía los ojos cerrados, su cabeza recargada en el hombro de Jules, hasta que se le empezaron a cerrar los ojos había comido demasiado —......er— Abrazó con fuerza el cuerpo frente  a ella, aquel cuerpo que la sostenía mientras perdida en la brecha de caer dormida intentaba buscar sus labios, al tocar sus labios con los de Jules cerró los ojos en un suspiro al fin siendo derrotada por el sueño, no sin antes susurrar algo en su inconsciente, con una breve sonrisa postrada en sus labios —...Kai....ser—.

El ángel escucho, con horror, como aquel nombre salía de los labios de su amada mientras era llevada por el sueño.

Dolía, le dolía en el alma, era un dolor indescriptible, que solo había sentido anteriormente el día que sus padres lo abandonaron, cuando se negaron a aceptarlo como lo que en verdad era. En aquel momento había tenido a Ruby, como apoyo para ayudarle a superar aquel terrible momento, y ahora. Ahora no tenia a nada ni a nadie, y no se atrevía a seguir molestando a Ryo con ello. Quería gritar, golpear a alguien, destruir algo ¡NO! Quería morir, quería morirse. Ya no había en este mundo quien lo quisiera como sus padres, o de la manera en que Ruby alguna vez lo amó.

Sostiene a Ruby en sus brazos mientras duerme, aguantando el dolor en su pecho, el nudo en la garganta, no queriendo molestarla, despertarla, sintiendo como por mas que lo intentaba las lagrimas no paraban y su cuerpo no dejaba de temblar.

Se levanta con ella en brazos, apenas y sintiendo el peso del demonio. Sin embargo, el peso en su propio cuerpo, sus brazos, piernas, alas, era como si todo se hubiera vuelto mil veces mas pesado en ese instante. Con mucho esfuerzo, y lento pero seguro, la lleva hasta su habitación, donde la recuesta en la cama para que descanse. El ángel se sienta en un sillón cercano, con la vista baja, aun incapaz de detener las lagrimas, solo quería que se detuvieran que pararan. Toma un poco de aire, y recoge su maleta, donde sin mucho problema es capaz de poner todas sus pertenencias.

¿Y ahora que? Sale de la habitación, cubriendo su rostro con una mano para ocultar la lagrimas mientras con la otra cargaba aquel bulto donde estaba todo lo material que había conseguido a lo largo de su corta vida. ¿Tenia algún caso llevarlo?  ¿Lo necesitaría a donde iba? Da unos pasos, y simplemente lo abandona, dejándolo caer en el suelo. La verdad es que no, no necesitaba de nada material en el lugar al que pensaba ir.