Good night talk(Priv. Rules)

2 am, Ruby estaba llegando del trabajo, había logrado convencer al dueño a dejarle usar el uniforme masculino a pesar de su nueva forma, aunque aún así habían tenido que hacerle ciertos ajustes. El demonio suspiró mientras avanzaba por los pasillos de la casa retirándose con cuidado el Bowtie.

Miraba cada esquina, era agradable trabajar a esa hora ya que todo estaba oscuro y podía caminar sin los lentes. Al fin llegó a la habitación que compartía con Jules y abrió la puerta en silencio, mirando al abbadon sentado en la cama, probablemente para intentar salir a caminar o regresando de ello. Era algo común en Jules estos días y no lo culpaba pero —En serio tienes que dormir Jules, no puedes seguir con este ritmo— Dijo rompiendo el silencio de la oscuridad mientras se acercaba y ponía una mano en su mejilla —Comprendo que te duela todo esto, y trato de entenderlo, pero que te mates de sueño no va a mejorar nada, ni siquiera te duermes en las sesiones de estudio como antes...—.

El abbadon solo ríe un poco ante el regaño, el demonio acababa de llegar y ya había encontrado como llamarle la atención. Gira la vista hacia atrás para verla y se levanta de la cama para caminar hacia donde estaba. 

-No lo hago a propósito- dice dandole un beso en los labios -Pero creo que tendré que ir a la farmacia después de todo- dice con mucha resignación suspirando. Si no encontraba algo para solucionar su insomnio pronto nunca se recuperaría por completo. 

-Por ahora iba a salir a caminar, he notado que si me canso lo suficiente puedo dormir unos minutos mas- le dice rodeando a Ruby un poco para acercarse a la puerta.

-¿Que tal tu trabajo?- pregunta, tratando de cambiar el tema e interesado en la noche de la chica.

La demonio suspiró con una idea cruzando su mente al instante en que escuchó las palabras de Jules, cansarse para dormir? bueno...también ahora compartían habitación, se sonrojó suspirando de nuevo, no era momento para pensar en eso.

Se acercó a Jules abrazándolo ligeramente por la espalda —Podría ayudarte a cansarte— Le tembló la voz un momento y luego regresó a la realidad, —digo...lo normal! aunque naturalmente la cantidad de alumnado en el bar aumentó considerablemente, con todo lo que pasó sumado a que los exámenes están a la vuelta de la esquina no me extraña—.

La demonio recargó la frente en la nuca ajena, perdiéndose un momento en su aroma de nuevo para luego separarse con cuidado —Vamos a volar un poco...eso también te cansa, y considerando que los músculos de las alas tienen que cargar el peso del cuerpo llega a ser más cansado que correr....o también, puedes correr con las alas abiertas, así luchas contra la fuerza del viento que intenta detenerte y...eso— Se llevó una mano a la nuca volteando a un lado a la par que se mordía ligeramente el labio inferior.

-Volar, no había considerado volar- le dice, sintiendo como la chica lo abrazaba, dejando su cabeza descansar en su nuca. 

-Sabes, creo que no le he dicho a nadie- dice respirando mas lento, relajandose -Los cuernos son algo molestos- ríe un poco, consciente de que Ruby también los tenia -Pero de verdad me gustan mis nuevas alas- le dice un poco mas contento. 


-Entonces ¿Me acompañas a volar? Mientras estemos lejos de la ciudad no debe haber problema ¿Cierto?- le pregunta, confirmando.

—A mi me gustan tus cuernos— Dejó salir los propios permitiendo que rozaran ligeramente el cabello en la nuca de Jules —Pero también soy más fan de tus alas— Cerró los ojos agrandando sus propias alas de forma que rodeaba el cuerpo ajeno en un abrazo con estas —Pero si te incomodan los cuernos siempre puedes guardarlos mientras sacas las alas...supongo que, solo es cosa de práctica— El demonio depositó un beso en la nuca del abbadon antes de dar un paso atrás con trabajo....estaba en heat o algo?.

—Vamos a volar entonces, la verdad tengo muchas ganas de ver que tan rápido eres con dos pares de alas, seguramente ya serás más rápido que yo en mi true form— La voz le temblaba un poco pero no mentía, si era algo que quería ver, aunque no fuera ahorita, pero no podía pedirle nada a Jules considerando lo que le estaba pasando...eso es! debía estar para él, hasta que se sintiera mejor.

-Si, supongo, por ahora son los dos o ninguno.- suspira cansado. El abbadon gira, una vez que la chica ha besado su nuca y dado un paso atrás, tomando su mano con delicadeza.


-Creo que por esto soy tu alma eterna, no soy un ángel después de todo- dice en un tono triste, quiza siempre habia sido un demonio, al igual que su actual pareja. El chico acerca sus labios a los de ella, besandola profundamente, realmente apreciaba el que se quedara a su lado. Incluso ahora, que no era aquella especie que ella tanto apreciaba. Se separa de la chica unos segundos después y la jala hacia la puerta, cruzando por el marco de la habitación para dirigirse al exterior. Mostrando sus alas y cuernos, deseoso de sentir el viento en su cara.

—Nunca intentaste sacar un ala dejando la otra guardada? Fue de las primeras cosas que aprendí a hacer en Little Monsters— Ve al abbadon girar y tomar su mano, tratando fallidamente de ocultar su sonrojo, irónicamente debía agradecerle a dios que Jules no viera tan bien en la oscuridad —Puedes empezar por eso...creo, pero como bien sabes mi biomasa no es la más estable—.

Corresponde al beso lentamente, esperando a que el abbadon se separara para poder detenerlo de nuevo, sujetándolo con fuerza de la mano —Jules, estoy seguro que aunque fueras un nahual o un d'jarda, si estabas destinado a ser mi alma eterna así iba a ser, lo único que se es que amo cada parte de ti, con tus altos y bajos, aún cuando me desespera que no sepas cosas básicas de ciertos temas, si te salieron cuernos y un par de alas.....y eso qué? ve como cambió mi cuerpo desde que nos conocimos...y aún así sigues a mi lado. No hay información de los abbadon más de lo que dice la biblia, y lo más seguro es que eso esté equivocado. Pero tampoco sabíamos nada de los fomori, y resulta que no eran monstruos, solo estaban asustados y se sentían abandonados— Se acercó un poco más al abbadon para poder besar su mentón con cuidado —Lo que quiero decir es....no estás solo y no me importa tu raza, yo estoy enamorado de Jules— A este punto comenzó a darse cuenta de lo rebuscado que sonaba lo que decía y tan solo se comunicó lo mejor que pudo con el menor, besándolo profundamente en el marco de la puerta.

El abbadon solo le sonríe -Entre a estudiar en Furukawa a partir del primer grado- le dice con algo de vergüenza -Nunca estuve en Little Monsters- le recuerda. Incluso el hecho de que Ruby hubiera cursado por Little Monsters le parecía algo extraño, siempre creyó que sus primeros años los había vivido en Hell, quizá no la conocía tanto como le gustaba creer. 

Sin embargo el chico se queda callado, escuchando todo lo que el demonio le tenia que decir. Era una verdadera lastima que ni siquiera ella supiera algo sobre lo que era un abbadon, ya no tenia a nadie mas a quien preguntar. La toma de la cintura, pegando a la chica a su cuerpo, mientras se dejaba llevar por el beso. Esto le hacia tanta falta, sentirse querido, después de haber sentido el abandono por segunda vez en su vida. En verdad amaba a Ruby, y en ese momento, mientras la besaba, se prometio a si mismo que no dejaría que nadie la volviera a lastimar de aquella manera, ni una sola vez mas. 


Sin separar sus labios de los de ella, la dirigió de regreso a la habitación, cerrando la puerta tras ellos.

La demonio soltó un suspiró al sentir el abrazó en su cintura y rodeando a su novio por los hombros lo atrajo en un abrazo más "íntimo". Cuando el abbadon guió ambos cuerpos a la habitación pudo sentir como su cuerpo ardía, de un fuerte aletazo se dedicó a guiar ambos cuerpos de vuelta a la cama a la par que se encargaba de despojarse del chaleco y la blusa del uniforme.

Una ves logró posicionarse debajo del abbadon comenzó a dar ligeros aletazos inconscientes a la par que el abrazo se volvía un poco más fuerte y su respiración se alteraba más, pasó una mano por entre el cabello de su novio, acariciando ligeramente sus cuernos mientras dirigía la otra a su espalda delineando por sobre la tela el nacimiento de sus cuatro alas con delicadeza —Te amo Jules— Murmuró entre besos a la par que continuaba con el ritual.