(GMPOST) ¿Quién es el juez? (Grupo A)

Un gran destello blanco rodea a Jules y Sylvain al momento que la granada del primero explota, desatando un ensordecedor estruendo y lanzándolos a ambos volando en direcciones opuestas. Sylvain rueda por el suelo, dejando manchas de sangre con cada golpe. Al final logra detenerse clavando la espada en el piso, su otra mano apretando un costado de su cuerpo que teñía su ropa de rojo. El Sanctus escupe sangre, pero luego sonríe al ver la hoja de Durandal cubierta de carmesí también...

Jules por su parte casi no había recibido daño alguno por la granada, pero al lograr recuperar el equilibrio alcanza a ver el riachuelo de sangre que había dejado en toda su trayectoria. El dolor tardó en llegar, pero pronto se dio cuenta de la herida abierta que tenía a un costado de su estómago. Un corte bastante profundo que sangraba sin parar. Pero no era todo, algo más estaba mal...

...No podía conjurar mana blanco.

El sonido del acero de la espada arrastrando por el piso logra llamar su atención. Sylvain se acercaba caminando, una mano sosteniendo la espada con algo de esfuerzo. -Se acabó, Jules...- dice el Sanctus mientras se acercaba, la mano que apretaba su costado sangrante iluminándose de mana blanco y poco a poco cerrando la herida. El rostro del ángel seguía siendo severo, pero había angustia asomándose en sus ojos. -Cuál es tu último deseo... antes de morir?

----------------------------------------------
La lanza de Jezebel impacta contra la espada de Zadquiel, lanzando chispas blancas por el aire. El ángel y la invocación se ven atrapados en un combate cuerpo a cuerpo, el estruendo del metal chocando resonando en el campo de batalla. Zad intentaba hallar una apertura entre los incesantes ataques de la robot, pero era casi como si el oponente viera sus movimientos antes de que sucedieran. Donde él intentaba poner su sable, ahí estaba la lanza o el escudo para detenerlo.

-Ambas son extensiones de la voluntad de Marduk... si intentaras controlar a Marduk se podría extinguir tu propio espíritu en el proceso... Están hechas para pelear juntas y al unísono, no hay momento en que las dos no estén atacando en conjunto.

Mientras Eos habla, el Sanctus puede notar que a pesar que Lillith estaba tocando una canción en su harpa, él no podía percibir ningún efecto...

Hasta que pudo sentir el mana naranja fluyendo sigilosamente dentro de su cabeza. Estaban leyendo todos sus ataques antes de que sucedieran.

Mientras tanto.... algo se mueve lentamente entre los escombros del campo de batalla...

-------------------------------------

Notas de GM escribió:Jules - Pues, al no esquivar ninguno de los dos ataques, te partió el hocico. Tienes una herida muy profunda en tu abdomen y tu mana blanco está sellado hasta nuevo aviso. Sin embargo, Sylvain no está atacando en este momento para darte tu última voluntad

Zad - Lograste detener los ataques, pero te das cuenta que la canción de Lillith está funcionando demasiado bien en tu contra. Si no hallas una forma de detener la canción...

Quedan 9 rondas~

Jules sale volando, víctima de su propio hechizo, pero de nuevo logra detenerse antes de chocar con algo y recibir mas daño. Levanta la vista, inmediatamente buscando al Sanctus. Camina unos pasos, tratando de ver entre el humo, pero se detiene al poco tiempo, un dolor indescriptible le recorría su cuerpo, la sangre plateada fluia libremente de su costado. 

El abbadon cubre inmediatamente con sus manos aquel profundo corte, intentando sanar al herida abierta, solo para descubrir que no podía invocar nada. Primero su mana gris.  ¿Y ahora su mana blanco? Jules intenta desesperadamente de hacer algo, pero ni si quiera había cargado con su botiquín ese día, confiando en sus propias habilidades curativas. La desesperación y el miedo, que poco a poco se apoderaban de él eran visibles en su rostro. 

Jules da un paso atrás cuando escucha la espada arrastrarse por el suelo, apretando con fuerza su herida, tratando de extender su vida lo mas posible. Levanta la mirada hacia el rostro de Sylvain, quien estaba a punto de convertirse en su verdugo. Su aureola, detrás de su cabeza, parpadeaba frenéticamente a intervalos, como un foco a punto de fundirse, una flama a punto de extinguirse. Las siguientes palabras del sanctus aterrorizando su mente, jamás imagino que moriría de esta manera. Una lagrima se arrastra por su rostro, cayendo sin remedio para mezclarse con su sangre en el suelo. 

¿Su ultimo deseo? ¿No era eso obvio? ¿No era lo que todos deseaban en un momento así? -Yo-  El abbadon sentía como su garganta se le cerraba, haciendo que las palabras salieran con mucha dificultad.  -Yo no quiero morir, Sylvain- le dice desesperado, viendo su fin mas cerca de lo que jamas imagino. Jules baja la mirada al suelo, observando como su plateada sangre había formado un delgado charco bajo sus pies, luciendo como un impecable espejo. El chico finalmente observa su propio reflejo, la prueba de que era algo que ni Heaven ni Hell deseaban, aunque formara parte de ambos. Ya no tenia nada más que perder, podía sentir la muerte pacientemente esperando a su lado. 


Jules levanta la vista al ángel frente a él, aun con lagrimas en sus ojos, estos estaban llenos de furia. El abbadon se negaba a culpar a Sylvain, pero no podía negar que Heaven lo había traicionado, abandonado, después de todos esos años que paso tratando de llegar a él. La luz en su aureola se estabiliza a la vez que extiende sus alas, luciendo imponente como cuando recién renació y con lo ultimo que le queda de fuerza se lanza al ángel como un rayo, golpeandolo con su puño en el rostro tan fuerte como podía. Tendría esa espada para él a como diera lugar, quizá esa arma seria su única posibilidad de continuar con vida. 

Trigger escribió:Intentara robar la espada de Sylvain

-Je... Así que así se siente cuando entro en la mente de alguien.- Dijo el ángel con una sonrisa en su rostro, aún bloqueando los ataques de Jezebel. -Pues... esperemos que esto funcione...-

Zadquiel retrocedió para darle un descanso a su brazo pero seguía al pendiente de ambas. -Cladunt.- Dijo tranquilo, mientras un halo de color naranja se hacía visible sobre su cabeza. Volteó a ver a Lillith y aunque solo tuviera un ala la utilizó para impulsarse hacia ella, con la espada lista para atacar, sin embargo, no apuntaría hacia ella en sí, más bien, su ataque iba dirigido hacia el arpa.

Puede que no fuera igual de rápido, pero si su nuevo plan funcionaba tendría un punto a su favor y tomaría ventaja de eso a como diera lugar, solo esperaba poder seguir comunicándose con el hada aunque sea por fuera de su mente.

-¿Puedes seguir hablando conmigo?- Preguntó en voz alta, esperando escuchar la voz de Eos. Volteaba de reojo a ver a la otra estatua, no quería ningún ataque sorpresa.

HECHIZOS escribió:Mana Naranja: Cladunt. Zadquiel bloquea toda comunicación,no permite que nadie que use mana naranja entre en su mente, está consciente de lo que pasa y puede hablar con los que le rodean pero no permite el pasó de pensamientos ajenos.

Zadquiel se lanza hacia Lillith, sin recibir respuesta alguna de Eos. Eso lo hacía suponer que el hada estaba comunicándose con él por su afinidad al mana naranja, y probablemente ni siquiera estuviera en ese mismo plano. Pero aún tenía el pequeño poder que el hada le había otorgado, así que ella seguía de su lado.

El Sanctus se da cuenta que Jezebel no había reaccionado a tiempo, intentando seguirlo hacia donde estaba Lillith mucho después de que él cargara. Su hechizo había funcionado. Lillith por su cuenta no se mueve ante el ataque. La espada de Zadquiel brilla en el firmamento, y con un fugaz corte puede sentir cómo casi todas las cuerdas del harpa se revientan una a una...

----------------------------------------------

Las palabras de Jules hacen que Syl cambie un poco se expresión, la angustia siendo más y más notoria en su rostro. El Sanctus duda por un segundo, suficiente tiempo para que el golpe de Jules lo tome por sorpresa. El puñetazo lo hace retroceder un par de pasos, y la espada sale volando varios metros por la fuerza, clavándose en el piso.

Sin embargo, antes de que Jules pueda ir por ella puede sentir cómo lo toman de una pierna con una fuerza que jamás imaginó podría salir de Syl, jalándolo hacia atrás, dándole una vuelta y luego azotándolo contra el piso. El dolor en su herida lo apuñala con fuerza una vez más...

En silencio, Syl lo levanta del cuello de la camisa y encesta un fuerte puñetazo en la cara del abbadon, lanzándolo un par de metros hacia atrás, y alejándolo de la espada. El ángel se veía enojado, furioso, y comienza lentamente a caminar hacia Jules.

--------------------------------------------------------

La canción de Lillith había terminado de una vez por todas, y Zadquiel sonríe con confianza ante su proesa. Sin embargo, la sonrisa desaparece al darse cuenta que un rayo de luz blanca se forma en una de las manos de la robot. En ese momento se da cuenta... no sólo era un arpa, también era...

Una flecha de luz sale disparada con velocidad, pasando a traves de la espalda del ángel y volando hasta perderse en el cielo, dejando un riachuelo de plata bañando su torso. Le había hecho una gran herida, pero sabía que no era letal.

Mientras Zad intenta reincorporarse, puede escuchar los pesados pasos de Jezebel llegar a su lado, y en un instante el escudo lo golpea con fuerza, lanzándolo unos metros. Al caer, el mundo daba vueltas, pero el ángel se da cuenta que el escudo que protegía los generadores había desaparecido cuando había roto el arpa. La nube que Ruby había invocado continúa haciendo su trabajo poco a poco...

Ruby por su cuenta intentaba despertar, pero el aura mágica de la fuerza de Marduk lo hacía más y más difícil. La demonio se hunde una vez más en la obscuridad...

---------------------------------------------------

El solitario sonido de un violín empieza a llenar la penumbra. Poco a poco, Ruby comienza a abrir los ojos, y tras unos segundos logra enfocar. A lo lejos, una pequeña luz flotaba, iluminando la figura de un niño que parecía estar tocando el instrumento.

Tras unos segundos la demonio logra ponerse de pie, siendo sobrecogida por la soledad que inundaba ese lugar. Sólo el canto del violín podía percibirse, y nada más.

- Acércate...- dice una voz aguda y amable. Ruby no estaba segura si la había escuchado o si sólo existía en su cabeza.

Notas escribió:Jules - Pos lo puteaste pero él tb te puteó a ti. Las buenas noticias es que ya no trae la espada en la mano. Las malas es que tú tampoco hgjkalhdga. Están peleando un poco lejos de la espada así que no está al alcance directo de ninguno de los dos.

Zad - Rompiste el arpa! |o/ Pero también era un arco
y te pegó un flechazo muy feo. El escudazo te dejó medio pendejo, así que en esta ronda no podrás usar hechizos arriba de dificultad 3. La buena noticia es que al deshabilitar la magia musical de Lillith ya no tienen una forma pasiva de proteger los reactores~

Ruby - Estás en tu trip mental, pero como no tiene influencia directa en la batalla no tienes que preocuparte por postear esta ronda si no es posible. Cuídate mucho!

Por cierto, nunca nadie se movió entre los escombros :v

Quedan 8 rondas.

Ruby peleando por levantarse, por despertar siente como si todo su cuerpo fuera hundido de golpe en una pesada masa negra, todo estaba oscuro, había sido noqueada hace tiempo y no tenía idea de como estaban pasando las cosas. Comenzó a pensar que quizá ya habían muerto, que esta era la brecha entre la vida y la muerte, todo estaba oscuro, su mente se perdía en la desesperación y seguía sin poder moverse o gritar....no podía hacer nada.

Sin embargo de pronto parecía no estar solo ahí, se levantó con trabajo ante aquella solitaria vista, o seguía recostada? su cuerpo se veía como era antes, pero su visión en la oscuridad no le ayudaba a ver nada más que su cuerpo y la figura a la distancia. "Qué está pasando?" Al abrir sus labios logró escuchar su relativamente grave voz anterior, pero había algo extraño, y es que no sabía si estaba hablando o pensando.

Todo era tan confuso que se tardó más de lo normal en reconocer que ese sonido era el de un violín, tragó saliva, o al menos eso creyó, era como si hiciera las cosas y a la vez no, y la atmósfera...definitivamente le recordaba sus tiempos en Hell de alguna manera, pero no solo recordaba, sino que también parecía sentirlo a la distancia. A pesar de la hermosa tonada de fondo su pánico crecía y crecía a cada instante, hasta que una voz parecía arrancarlo de sus pensamientos. Sin pensarlo dio un paso tras otro, insonoras pisadas marcando su camino; el demonio no podía sentir el suelo más sabía que estaba avanzando puesto a que se acercaba cada ves más a aquella luz —Quién eres?— Preguntó estando ya a una distancia prudente, si bien sus rasgos masculinos habían vuelto su expresión se notaba más serena de lo normal —Dónde estoy?— Presionó los puños o al menos eso creía haber hecho, realmente no sabía lo que hacía y lo que no hacía en este lugar.

Justo cuando ve una oportunidad de tomar la espada el abbadon es tomado del pie y azotado contra el suelo. No hay manera de describir el dolor que siente en ese momento. Por un instante todo lo observa en cámara lenta, incluyendo la sangre que salpica, inevitablemente saliendo de su cuerpo ¿Cuanta sangre había perdido ya? 

Es entonces cuando Sylvain se acerca levantandolo por el cuello y golpeando su rostro. Aun viendo, sabiendo lo que sucedería, le es difícil hacer a su cuerpo reaccionar. El abbadon es lanzado varios metros, cayendo al suelo cuando intenta detener el impacto. Podía saborear el metal en su boca, saliva y sangre derramandose por las comisuras. Su visión se comenzaba a nublar, sus lagrimas dificultando todo aun mas. 


Con lo que parece un esfuerzo sobre natural se levanta, apretando los puños y levantandolos para proteger su rostro y con suerte golpear a Sylvain. Lanzando otro puñetazo al sanctus cuando cree que esta lo suficientemente cerca. 

TRIGGER escribió:Siempre que vea la oportunidad intentara golpear a Sylvain

Sonrió al ver como el arpa se rompía, pero lo que pasó a continuación no se lo esperaba, sintió el dolor que la flecha le ocasionó y frunció el ceño, poniendo su mano con mana blanco para curarse, sin embargo, antes de poder reaccionar otro golpe lo impactó, el escudó de Jezebel le dio en la cabeza justo como a Ruby anteriormente.

El golpe había sido tal que incluso su hechizo de recién se había terminado, pero alcanzó a notar como la lluvia de la demonio surtía efecto.

Aunque el mundo le diera vueltas el ángel lograba mantenerse en el aire. -¿Hadita? ¿Sigues ahí?- Preguntó el ángel aún tratando de detener las vueltas que daba su cabeza.

La única respuesta para Ruby fue silencio, pero al acercarse pudo reconocer al niño, aunque estaba de espaldas a él. El cabello plateado y la pequeña hada que volaba a su lado, iluminando la obscuridad mientras tocaba el violín lo delataban.

Pronto, el silencio fue roto por una voz que resonaba por todo el vacío.

"Hagas lo que hagas, jamás va a poder llevar en alto el nombre de la familia, no te das cuenta? No está hecho para ser un soldado. Simplemente no vale nada para nosotros."

"Es mi hijo, no puedo abandonarlo..."

"Eso dices ahora, pero te aseguro que Heaven mismo lo hará..."

El llanto del violín inunda la obscuridad unos segundos más con una sola nota que se alarga hasta desaparecer. El niño separa el arco de su instrumento, llenando la nada de silencio.

De pronto, una voz hace eco detrás del demonio, y al voltear puede ver a una chica de cabello blanco parada detrás de él.  - El llamado es algo a lo que no te puedes negar, Syl... cueste lo que cueste.

El niño del violín ya no era un niño, era el Sanctus casi adulto que Ruby conocía. Sin voltear, el chico contesta. -Aunque... aunque cueste tu propia vida?

---------------------------------------------
-Levántate!- grita Eos con desesperación en la mente de Zadquiel mientras poco a poco Jezebel comenzaba a acercarse con pasos pesados. -Viene por ti, levántate!

Sin embargo, la pesada mano de la robot lo toma del cabello antes de que pudiera reaccionar, levantándolo hasta que sus pies no tocaban el suelo. Debajo de la cúpula, Zad puede ver cómo Jules y Sylvain peleaban brutalmente, y luego sus ojos se elevan hasta Lillith, quien hace un movimiento con su mano.

...Iba a morir? De verdad esta vez?

Es entonces que Jezebel lo gira para que fuera testigo de la voluntad de Heaven. El cuerpo inconsciente de Ruby de pronto empieza a levitar por obra del enemigo, sin poder despertar aún. Lillith prepara una flecha de energía, apuntando hacia la demonio. Zadquiel intenta escapar, hacer algo, pero Jezebel lo toma por el cuello con la otra mano.

La flecha sale disparada, y un chorro de sangre baña la cara del Sanctus...

----------------------------------------------

El puño de Sylvain se topa contra la defensa de Jules una vez más, cada golpe debilitando al abbadon más y más. El ataque del ángel era inclemente, sus dientes apretados y el enojo visible en su rostro. -Basta!!- Grita entre dientes. -Deja de llorar! Basta!!

En una apertura, Jules logra contraatacar, golpeando a Sylvain y haciéndolo trastabillar un par de pasos. Pero el soldado no se rinde, y resume su ataque. Ambos chicos intercambian golpes una y otra vez, lastimándose más y más hasta el cansancio.

Jules suelta un puñetazo más en lo que cree ser una apertura en la defensa del Sanctus, pero este esquiva, tomando su brazo y jalándolo hasta tirarlo al piso. El abbadon intenta recuperarse, pero de pronto siente un flujo de mana gris recorrer su cuerpo. Con desesperación se da cuenta que ahora no podía mover sus brazos...

Syl lo toma de un hombro y lo gira para que quede boca arriba, mirándolo cara a cara mientras respiraba agitado. En silencio, se queda mirando a Jules, en su estado más vulnerable, por unos segundos. -Tengo que hacerlo, Jules...- dice desesperado, sus manos temblando. -Tengo que matarte. Es mi llamado...

Una mano de Sylvain se extiende hacia el frente, y la espada vuela hasta llegar a su palma. -Es mi llamado. No puedo negarme, Jules. No puedo!

Una lágrima cae sobre la cara de Jules...

---------------------------------------------

Sin entender del todo cómo, Ruby podía identificar a la chica detrás de él. Isabella era su nombre, habían sido amigos desde niños. Habían ido a la escuela juntos, crecido juntos. Y ahora debían pelear en la guerra juntos, la guerra en la que ni siquiera Heaven había metido mano. La guerra entre el Dogma Crucis y el Instituto Furukawa, la escuela que había sido hogar de ambos por tantos años...

No, esos no eran sus recuerdos. Por qué sabía todo eso?

-Tienes que despertar...- dice la misma voz que lo llamó a acercarse. En ese momento Ruby se dio cuenta que era Eos. -Despertar y detenerlo. Ya perdió a la única amiga que tenía... no puede perder a Jules también.

La chica de cabello plateado poco a poco desaparece, sonriendo. -Aunque el llamado te cueste la vida, Syl...- son sus últimas palabras antes de desvanecer para siempre.

----------------------------------------------

Zadquiel cierra los ojos al sentir la sangre bañarlo, temiendo lo peor. Sin embargo, un fuerte y feroz rugido hace que los abra de nuevo.

Un gran dragón estaba parado milagrosamente entre Ruby y Lillith, la flecha de luz aún clavada en un costado de la bestia, sangrando sin cesar. Sin embargo, la sangre desaparecía casi en cuanto tocaba el piso. Zadquiel ya ni siquiera estaba manchado.

Era mana rojo...

-Perdona por llegar tarde, Zadquiel,- dice de pronto el profesor Hazel Korhonen, quien tenía a Ruby entre sus brazos, a salvo. El pelirrojo hace un movimiento con una mano, y un rugido más retumba, esta vez detrás de Jezebel. La robot no tiene tiempo de reaccionar cuando el dragón clava sus fauces en su cuerpo, y gracias al golpe que Ruby le había dado anteriormente, la parte en dos de una mordida, liberando a Zadquiel de inmediato.

El profesor se pone entre Lillith y sus alumnos, dejando en la mano de Zadquiel una poción de color blanco mientras camina a su lado. Con un dragón a cada lado y una espada brillante refulgiendo en su mano metálica, Hazel toma posición de combate contra Lillith. - Aunque no hay tiempo de disculpas... qué está pasando, Zad?

Notas de GM escribió:
Disculpen el post cutscene! Pero ahí vamos!

Jules - Pues se putearon más y más (?). Pero ahora tampoco puedes mover los brazos. Creo que no tengo que decirte que te estás dando cuenta que Sylvain está igual que tú anímicamente.

Zadquiel - Ya no estás solo! Felicidades por aguantar por tu cuenta por tanto tiempo contra dos enemigos muy fuertes. Como quiera todo duele, pero esa esa una poción curativa de mana blanco. Aprovecha!

Ruby - Aún no despiertas, pero puedes hablar con Eos si quieres. Como nota, además de que Eos te está transmitiendo sus recuerdos, también te está transmitiendo las emociones aunadas a esos recuerdos. Sip, de la verga (?).

Quedan 7 rondas~

El abbadon observa a Sylvain desde el piso, sintiendo como el mana gris poco a poco regresaba a él. Sin embargo ¿De que servia? Ahora que podía utilizarlo no podía mover ninguno de sus brazos. Sus fuerzas por fin lo habían abandonado, igual que todo aquello en lo que creía. No lo entendía ¿Como es que Syl no se había dado cuenta todavía?

Los ojos de Jules comienzan a nublarse, la luz que antes emanaba de ellos a apagarse, su aureola desaparece después de un parpadeo. El cuerpo del abbadon necesitaba de la poca energía que quedaba en aquel circulo de fuego para seguir respirando, para que su corazón siguiera latiendo. Podía ver, escuchar el dolor en las palabras de Sylvain. ¿Era por lo que había hecho?¿Por lo que iba a hacer?

El abbadon ya no podía hacer nada mas que hablar, y aun esa simple acción lo llenaba de dolor.

-¿Porque?- le pregunta con mucha dificultad -¿Porque quieres seguir siendo parte, de algo tan cruel?- le pregunta al ángel sobre él. Despues de todo, el abbadon aun tenia problemas imaginando que clase de terrible ser había decidido, que de entre todos los ángeles en Heaven y la tierra, enviar a un amigo a matarlo era lo mejor. 

A Jules por fin se le habían terminado las lagrimas, dando por hecho que aunque Sylvain no le clavara de nuevo esa espada, no tardaría mucho en morir desangrado. Se había quedado sin opciones, el poco liquido plateado que le quedaba aun escapaba de su cuerpo. No tenia ningún caso hacer esto mas difícil, para ninguno de los dos. El abaddon gira la cabeza a un lado, evitando la mirada de su amigo. Permitiendole terminar con su misión sin mas dificultades. Era extraño como ahora, al final de su vida, podía escuchar su propio corazón cada vez palpitando mas lento. 


¿Que pasaría con Ryo? ¿Con Ruby? ¿Con sus padres? ¿Que les iban a decir? ¿Se enterarían?

—Sylvain?— murmuró para si mismo al ver la figura del infante más de cerca, escuchó las voces extrañas llenar el vacío mientras el dolor de algo que no había vivido comenzaba a rasgarle el alma, esta había sido la vida de un ángel?, él que tanto los había envidiado y luego odiado, parecía gracioso el como sin importar la raza ambos habían crecido casi igual a pesar de que fuera de forma totalmente diferente, o al menos eso sentía. Perdido en sus pensamientos Ruby de pronto voltea a ver a Isabella, por alguna razón le pareció perfectamente normal lo que la chica decía, así como la respuesta de Syl.

Una lágrima repentina rodó por su mejilla, se sentía real, pero no sabía si lo era; no, esto definitivamente no era real, era como una horrible y solitaria pesadilla, el demonio volvió la vista al ángel —No es así, no debe arriesgar su vida por el deseo de nadie más que el propio— Sentía furia pero, por qué estaba entonces al borde del llanto? Todo lo que sabía lo estaba lastimando, por qué sabía estas cosas? un profundo dolor golpeó su pecho y no pudo controlar más la tristeza así que tan solo bajó la cabeza ocultando sus lágrimas entre su cabello en medio de la oscuridad. Sabía que esta no era su vida, pero de alguna forma cada instante que parecía recordar lo sentía a fuego vivo como si él mismo  hubiera pasado por ello.

—Eos?— preguntó el demonio levantando ligeramente la cabeza al escuchar la voz de la que ahora reconocía como la pequeña hada de Sylvain —No se como despertar, necesito salvar a Jules, a Zad a....Sylvain— se lleva una mano a la cara tratando de contener el sollozo de furia y tristeza al escuchar la ultima frase de la chica —Ya perdí a alguien de mi familia hoy, no planeo perder a nadie más. Eos— Se limpió por completo las lágrimas decidido, necesitaba reaccionar ya se había perdido en su mente antes pero esta ves era totalmente diferente, después de todo era la mente de alguien más, o al menos eso creía —Cómo despierto? Necesito salir de aquí Eos!—.

Sí, el ángel tenía que volver en sí pronto, más fácil decirlo que hacerlo; para cuando logró enfocar perfectamente todo su entorno ya era demasiado tarde, sintió un tirón en su cabeza que fácilmente podría arrancarle todo su cabello: Zadquiel se retorcía tratando de zafarse del agarre metálico que lo suspendía del suelo. -¡Esta no es la voluntad de Heaven!- Gritó el sanctus al ver como su amiga se elevaba.

-¡No!- Gritó el ángel al notar como la flecha de Lillith terminaba de cargarse. -¡NO!- Su voz subió de tono en cuanto se detuvo el trayecto de la demonio. Se retorció aún más, necesitaba moverse, tenía que lograr detener esa flecha aunque se tuviera que interponer en su camino, pero, esa idea no se completó, ya que Jezebel ahora lo sujetaba del cuello con mucha fuerza, impidiéndole si quiera hablar, aunque el ángel aún insistía en librarse de su agarre, tratando de quitar los dedos de la estatua con los suyos, usando incluso las uñas, pero todo fue en vano.

Escuchó el sonido de la cuerda perdiendo tensión y como si de una escena en cámara lenta se trataba el ángel siguió el trayecto de la flecha con una expresión de terror invadiendo su rostro, de todas las personas, a la que menos querría ver morir era a Ruby. A pesar de eso no podía apartar la mirada de la flecha; hasta que, lo inevitable pasó, un chorro de sangre cubría su rostro y por lo mismo no podía ver lo que había pasado, sin embargo, lo único que podía hacer era imaginarlo.

O eso era lo que Zadquiel creía hasta que escuchó el rugido, volviendo a abrir los ojos se dio cuenta de que podía ver de nuevo, como si la sangre no lo hubiera manchado nunca; ahí fue cuando escuchó la voz del profesor y aunque le dolía el agarre de Jezebel en su cuello y cabello una sonrisa de alivio se posó en su rostro al ver que Ruby estaba bien, incluso sus ojos brillaron de alegría, escuchó el otro rugido y sintió a la robot temblar mientras era partida a la mitad. El ángel apoyó su mano en el piso cuando estuvo libre y se levantó lentamente, mirando al profesor, recibiendo la poción en su mano, aunque le costó un poco abrir la botellita donde venía la poción solo tomó un pequeño trago, sintiendo como sus heridas se curaban, guardaría el resto por si era requerida más tarde.

-Profesor, no se preocupe, llegó en el momento preciso.- Empezó el ángel. -Sylvain y Jules están en un juicio, al parecer Sylvain recibió su llamado pero... Hay algo que no me gusta de todo esto, hay que destruir los reactores para poder detenerlos.- El ángel hizo una pausa mientras se acomodaba al lado del profesor, mirando a Lillith, con su espada en mano. -Hay que detenerlos a ellos y a Marduk.- Terminó el ángel, presionando el mango de su arma.

El profesor mira hacia abajo a través de la cúpula, apretando los dientes. -Su llamado...- murmura mirando al coloso metálico sobre el que estaban parados. -Sí, suena a la familia Garamonde...

En ese momento, el cuerpo sin "vida" de Jezebel empieza a deshacerse en chispas de mana que se van con el viento, sólo para que una copia exacta de la robot salga de la cúpula, parada a un lado de Lillith. Eran las eternas guardianas de Marduk. Hazel sólo entrecierra los ojos. -Muy bien. Zadquiel, tú encárgate de los reactores y de cuidar de Ruby.- El profesor levanta su espada hacia las enemigas, -Yo los cubriré desde aquí, de acuerdo?

En ese momento, la nueva Jezebel se abalanza sobre el grupo, lanza en alto. Chispas y el estruendo del metal colman el aire cuando las armas se encuentran, y una bola de fuego consume a Jezebel, lanzándola lejos. Varias flechas de luz comienzan a llover sobre el profesor, pero un dragón aparece para recibir el golpe antes de que estas puedan tocarlo. -Anda! Ve! No hay tiempo!- le dice a Zadquiel antes de salir de su escondite y lanzarse contra ambas robots.

El campo estaba libre para el ángel, pero el mana se estaba concentrando más y más...
--------------------------------------------------------

Durandal temblaba en las manos de Sylvain, el filo de su hoja suspendido tan sólo a un par de centímetros del pecho de Jules. De su corazón. El ángel apretaba los dientes, intentando contener su desesperación, pero al mismo tiempo intentando empujarse a sí mismo para cumplir su misión.



Su respiración se hizo más y más agitada al mismo tiempo que sus manos temblaban más. Tenía que hacerlo, tenía que hacerlo aunque las palabras de Jules se clavaran en su espíritu como agujas. Intentó no ver su rostro mientras se volteaba, rendido a la muerte. Syl pudo escuchar el corazón de Jules yendo cada vez más lento. Cada vez más.

Hasta que hubo silencio...

Los ojos de Sylvain se abren grandes al entender lo que pasaba. Lo que había hecho. Era el único amigo que les quedaba. A él y a Eos. Era el único que había podido regresar la risa a su voz...

Durandal es lanzada y choca contra el piso a varios metros de los chicos al mismo tiempo que Sylvain, no pudiendo contener lágrimas, se abalanza sobre Jules, poniendo sus manos sobre sus heridas y canalizando todo el mana que su cuerpo le permitiera. Un enorme brillo blanco envuelve a los dos chicos mientras el calor del mana blanco viaja por todo el cuerpo del abbadon, curándolo poco a poco.

- Lo siento. Lo siento tanto, lo siento tanto...- murmura Syl desesperado mientras presionaba el pecho de Jules intentando hacer reaccionar a su corazón, pero sus ojos no se abrían...

-Jules... Jules. Jules!- Syl se detiene de pronto, mirando el rostro pálido de su amigo. Pone una mano sobre su mejilla fría, y al darse cuenta del resultado del juicio, el chico toma el cuerpo de Jules entre sus brazos y lo levanta en un abrazo.

El grito de Sylvain es ahogado por la cúpula del Juicio Divino.

----------------------------------------------------------

El silencio aún envolvía a Ruby, quien ahora se encontraba completamente solo en la obscuridad. La luz de Eos había desaparecido antes de responder su pregunta.

-Está vivo...- dice de pronto el hada dentro de su mente. -Jules está vivo... está vivo!

Ruby no entendía del todo qué estaba pasando, pero las palabras eran un alivio como fuera. Un alivio que no duró mucho. -Ruby, escucha. Jules y Sylvain están bien, pero el Juicio Divino de Marduk aún no termina. Si no logramos abrir la cúpula en menos de dos minutos, ambos van a morir. Tienes que ayudarlos!! Concentrate. Concentra toda tu voluntad, conquista la fuerza de Marduk y regresa. Regresa!!

De pronto, todo fue blanco...

Notas de GM escribió:Jules - Moriste (?)

Zad - Ahora sí, estás solo con los reactores. No te preocupes por las minions eternas de Marduk, Hazel se va a encargar de ellas~ Necesitas de mínimo dos ataques, o dos rondas tuyas para destruir cada reactor. Son cuatro...

Ruby - La mitad de esta ronda se irá en tu despertar, así que sólo tendras 1 stamina de las 3 que normalmente tendrías.

Ánimo!! Quedan 6 rondas~

Era extraño, sentir tanta paz después de lo que había sucedido, dejar  ir de la poca vida que le quedaba. Quizá morir no era tan malo después de todo, el dolor desaparecía  de su cuerpo, el frio que sentía antes de morir era remplazado por una placentera calidez. Sus ojos se abrían, a una luz brillante que lo cegaba, como si no los hubiera usado en mucho tiempo.
 
Poco a poco el abbadon se da cuenta de que no estaba muerto, que Sylvain lo sostenía en sus brazos  mientras lloraba. Aquella brillante luz no era más que la sangre en el piso que reflejaba la iluminación en aquella cúpula. Y aquella calidez ¿El sanctus lo había ayudado?
 
-¿Syl?- dice casi en un suspiro. Su sangre ya no se derramaba de su cuerpo, pero la falta de la que había perdido aun lo mantenía débil.  ¿Que pasaría con el sanctus ahora? ¿Acababa de renunciar a su misión? Jules tenía tantas preguntas, pero no podía hacer que ningún otro sonido saliera de su boca, con mucho esfuerzo estaba manteniendo sus ojos abiertos.
 

Se toma con los brazos de la espalda de Sylvain, intentando enderezarse, ocultando su rostro en el hombro del sanctus. Estaba cansado, y aunque no dolía, su cuerpo se sentía pesado. -¿Que?- le pregunta, sin poder continuar con el resto de la frase, respirando profundo, intentando recuperarse. El conocimiento de que debería estar muerto aun rondando en su cabeza.

Y ahora cuando necesitaba la respuesta Eos se había ido, trató de pensar en una forma de salir de ahí, pero si tan solo estaba inconsciente entonces no era simplemente cuestión de que su cuerpo no se lo permitía? suspiró derrotado ahogándose en la preocupación y la inquietud de no poder ver nada más que a si mismo, hasta que escuchó a Eos de nuevo, una sonrisa dibujándose en el rostro del demonio a la par que presionaba con cuidado el collar que hacía juego con la pulsera de su novio, de nuevo esa sensación de que estaba ahí y no lo inundaba, pero no importaba, porque Jules y Sylvain estaban bien.

O al menos eso creyó pero las siguientes palabras de Eos lo sacaron por completo de su descanso —Qué!?— presionó la mandíbula molesto cansado, necesitaba salir de ahí no había tiempo que perder, se concentró en sus viejos tiempos con Zad y Lorenzo sintiendo como su corazón palpitaba, ahora pensaba en los nuevos tiempos con Kaiser, Lorenzo y Jules, el como todos reían, la salida con Sylvain y el como Jules había sonreído tanto como el otro ángel, quería ver las sonrisas de todos de nuevo, quería sentir ese calor en su pecho de estar rodeado por sus seres queridos nuevamente.

De pronto la cegadora luz se volvió cálida mientras volvía a su cuerpo, su mente estaba totalmente cansada y para su mala suerte su cuerpo aún estaba herido, pero estaba más inspirada que nunca, la demonio miró a Zadquiel y al profesor Hazel "Zad tenemos dos minutos para destruir esta cosa o esos dos van a morir" Le dijo al ángel mientras veía a Syl y a Jules dentro de la cúpula, para luego voltear a ver el reactor sobre el que su nube seguía desgarrándolo, soltó un rugido y volteó  a ver ell otro reactor, mientras estiraba una mano en su dirección y la presionaba con fuerza comprimiendo la nube de nuevo de forma que la lluvia fuera extremadamente fuerte >Acid Rain<.

Hechizo:

Estaba atento mirando como Jezebel volvía a salir de la cúpula, observó atento como las armas chocaban y las chispas volaban al contacto de ambos metales, lo siguiente que vio fue la enorme bola de fuego y la lluvia de flechas, le iba a gritar al profesor cuando el dragón lo cubrió, fue hasta que la voz de Hazel lo hizo reacionar. -¡S-Sí!-

Miró a Ruby y fue con ella, exactamente al mismo tiempo que ella abría sus ojos, de nuevo esa enorme sonrisa se posó sobre sus labios; escuchó atentamente lo que le dijo y asintió. -¡Vamos!-

Al igual que la demonio el ángel tomó impulso con su ala y se dirigió hacia el otro reactor, si Ruby se encargaba de uno y el de otro sería más rápido sacar a los otros dos de la cúpula.

-Angelica Gladio.- Su espada volvió a llenarse de mana blanco, solo que ahora parecía que había fuego blanco en esta y ahora se lanzó contra el reactor blandiendo su espada con toda la fuerza que pudiera.

-Está bien...- dice Sylvain, apretando a Jules contra su pecho y acariciándole el cabello con gentileza. -Está bien... todo terminó... estás bien...

El Sanctus mentía. Sabía que el Juicio aún no acababa. Sabía que si uno de ellos no moría pronto, ambos lo harían, aplastados por la ira de Marduk. El peliplata separa a Jules un poco, sonriéndole. -El juicio terminó Jules... vas a vivir. Vas a seguir viviendo.

Hizo una pausa, -perdóname... Perdón por todo lo que te hice. Ahora puedes descansar.

Syl baja a Jules poco a poco hasta dejarlo acostado en el piso, quitando el cabello de su frente y haciéndolo a un lado sin dejar de sonreírle como siempre lo había hecho.

Sin decir más, el ángel se pone de pie, mirando en dirección a Durandal, y caminando hacia la espada  con calma. Uno de los dos debía morir para que el Juicio terminara, y no iba a privar a Jules de su futuro. No más...

--------------------------------------------------------
Una nueva nube de ácido empieza a corroer inmediatamente uno de los reactores, mientras que el que había estado expuesto al ácido gracias a Zadquiel comienza a perder su forma. Jezebel intenta abalanzarse contra Ruby para detenerla, pero la espada de Korhonen la intercepta, partiendo a la robot en dos partes que se hacen polvo brillante en un instante.

Por su cuenta, Zadquiel, con energías renovadas por la poción que Hazel le había dado, le encesta un fuerte golpe a uno de los generadores con su espada. El metal brillante parte la máquina en dos con gran fuerza, sacando chispas y mandando trozos de metal volando por los aires. Fuera quien fuera la persona que le había hablado para regresarlo del borde de la muerte, ahora le estaba prestando su fuerza...

Al quedar destruído un generador, pueden ver cómo la barrera se hace un poco menos opaca. A lo lejos, se puede ver a Sylvain caminando hacia una espada...

Notas escribió:
Jules - Dejo a tu criterio qué tan consciente y/o capaz de moverse estás <:

Zad - Como te había dicho que tenías un power up al principio de la pelea, le partiste su madre a un generador de un golpe :v

Ruby - Tus Acid Rains tienen a dos generadores a la mitad del "HP." A partir de este turno ya puedes usar cualquier nivel de hechizo.

Échenle ganas!

Quedan 5 rondas~

Ruby aún ligeramente cansada por lo que acababa de pasar y lo que seguía se sorprende al escuchar uno de los generadores ser destruidos, voltea a ver al Sanctus y sonríe ligeramente llenando su mirada con determinación, también aprovecha para asomarse a la cúpula, notando la extraña reacción de Sylvain "Zad, intenta decirles que vamos a destruir esto...Sylvain está actuando algo extraño" le pide a su amigo por medio de un enlace mental.

La demonio fija los ojos en el otro reactor y arranca uno de los botones en la única prenda que estaba usando, no tenía proyectiles ni nada más a la mano, era realmente la única opción en ese momento >Manipulation< El botón cambia de tamaño, forma y material, volviéndose un bisturí de metal del tamaño de Ruby, a unos pasos del reactor la punta del bisturí se baña en  mana negro y Ruby lo lanza con todas sus fuerzas >Explosive Impact< El enorme arma apunta al centro del reactor, pero eso no era todo. Ruby sonríe y agrandando sus alas se impulsa con gran velocidad al frente para empujar el arma de forma que esta logre enterrar la cuchilla y entonces explotar dentro del reactor.

Hechizos:

Jules seguía confundido, aun sin comprender por completo lo que había sucedido. Aun con la sonrisa en el rostro de Sylvain, no podía dejar de pensar en lo triste que se veían sus ojos. El ángel lo recuesta en el piso y se aleja de él, pero lo ultimo que quería Jules en ese momento era quedarse solo. Gira su cuerpo sobre el piso, de manera que pudiera girar la vista para ver a Sylvain. 

-¿Syl?- le llama, queriendo que regresara a su lado. Haciendo su mejor esfuerzo por ponerse de rodillas para intentar alcanzarlo. Era bueno ver que sus brazos funcionaban otra vez. Los usaba para sostenerse.


-¡Syl!- dice su nombre un poco mas fuerte, ahora sentado sobre el piso, agotado. Tenia que hacer una pausa para asegurarse que el aire llegara a sus pulmones. 

TRIGGER escribió:Si Sylvain dice o hace algo que haga obvias sus intenciones abra un escudo de mana gris entre su cuerpo y la punta de esa espada. 

Al notar como el generador se quebró una enorme sonrisa se posó en el rostro del ángel e inmediatamente voló hacia el otro, volviendo a cargar su espada con mana, de nuevo, luciendo como fuego blanco; reconoció la voz de la demonio y mirándola de reojo asintió, pasando después su mirada a la cúpula ya debilitada.

-"Jules, Sylvain, ¿pueden oírme? Por favor, contesten."- Dije el ángel, tratando nuevamente de entrar en las mentes de sus compañeros, quería hacerles saber que faltaba poco para que salieran.

Sin embargo, el ángel no se quedó quieto y se impulsó a atacar el generador.

TRIGGER escribió:Zadquiel tratará de hacer contacto con los otros sin importar que.

Sylvain recoge la espada con calma, tomándola por el mango y viendo su reflejo en la hoja, la imagen a veces opacada por la sangre plateada que la teñía. El ángel sonríe.

- Está bien, Jules... el Juicio debe de llegar a su fin para que al menos uno de los dos sobreviva,- mientras habla, comienza a girar la espada lentamente, la luz de la cúpula de Marduk reflejándose en el metal. -Y sólo uno de nosotros ya no tiene ningún futuro... ningún lugar al cuál regresar...

El Sanctus se queda viendo la espada por unos segundos, su expresión perdida. Pero luego su mirada se endurece, y en un movimiento rápido, casi brusco, la empuja para atravesar su propio pecho.

-------------------------------------------------------
El enorme bisturí mágico se clava en el reactor restante, la hoja atravesando el metal con facilidad gracias a la lluvia de ácido, y llenándose de chispas. Una pequeña luz anuncia la explosión que le sigue, reventando el generador en pedazos. Lillith intenta defenderlo lanzándole una flecha a Ruby, pero antes de poder disparar, un dragón la despedaza brutalmente con sus fauces, sólo para ser reemplazada por una copia nueva. -Sigan así, muchachos!!- grita Hazel mientras da una estocada con su espada, haciendo explotar una Jezebel más. De pronto el pelirrojo se detiene, mirando a Ruby con un dejo de desaprobación. Una aura roja envuelve a la demonio, quien ahora se encontraba vestida con un uniforme del Instituto que le quedaba un poco flojo, pero serviría por lo pronto.

Por su parte, Zadquiel da un fuerte sablazo una vez más, y el generador frente a él se ve partido en dos de un golpe nuevamente, chispas blancas saltando e iluminando al ángel. Su mensaje mental no logra llegar a ningún lado, pero con tres generadores caídos podía sentir que la distancia entre él y sus amigos era menos...

---------------------------------------------------------

La hoja de Durandal se detiene antes de atravesar la piel de Syl, un escudo de mana gris saliendo de las últimas fuerzas de Jules. El Sanctus se queda atónito un segundo, confundido, pero pronto se da cuenta de lo que había pasado. El silencio llena el aire, pero pronto la sonrisa de Sylvain se quiebra en una expresión de angustia.

-Déjame hacerlo, Jules... No vale la pena salvarme, no lo entiendes?- Intentando hacer más fuerza sobre la barrera, Syl sigue empujando la espada hacia su pecho. -Fallé mi llamado. Lo perderé todo. Todo! Y si no muere uno de los dos aquí, ambos lo haremos por obra de Marduk!

En su desesperación, Syl empieza a apuñalar la barrera alrededor de su cuerpo una y otra vez, cada vez con más fuerza. Poco a poco, el enorme poder de Durandal empieza a cuartear el escudo... -Sellé mi destino!! Pero tú aún tienes un futuro que vivir, Jules. Aún puedes regresar a casa, volver con los que te aman y vivir tu vida. Yo no soy más que una criatura sin hogar, sin un propósito. Si mi muerte significa que tú podrás seguir, entonces que así sea!! Así lo decidió Heaven, y así lo he decidido yo!!

Justo en ese momento, la nube de ácido que Ruby había invocado al iniciar su pelea contra Jezebel termina de hacer un gran hueco en el generador, y el líquido corrosivo provoca un corto circuito en el metal.



La cúpula brilla refulgente, y de pronto se cuartea de forma violenta, quebrándose luego en miles y miles de chispas blancas y brillantes. Hazel da un último corte, rebanando la cabeza de la última Lillith lejos de su cuerpo. El piso debajo de Ruby y Zadquiel desaparece junto con la cúpula, y ambos estudiantes comienzan a caer, sólo para ser interceptados por dos dragones de mana rojo que los llevan en descenso.

La explosión de la cúpula hace que Syl se quede totalmente quieto, incrédulo, la hoja de Durandal cuarteando una última vez el escudo de Jules. La lluvia de luces los rodea a él y a Jules, las alas de ambos chicos centelleando como estrellas. Tal vez por última vez. En su cabeza, y la de Jules, la voz de Zadquiel empieza a sonar fuerte y clara, anunciando la llegada de sus compañeros. De sus... amigos?

- Ellos... ellos lo...- El Sanctus susurra, una lágrima rodando por su mejilla al ver la esperanza brillar al final del túnel, por más lejana que fuera, por más diminuta. Sylvain sonríe con melancolía mientras Durandal se resbala de su mano, chocando contra el piso y estallando en chispas blancas también.

Sin embargo, aún no terminaba, el mana que Marduk había estado acumulando estaba casi completo, y era suficiente para destruir una ciudad. Huír no era una opción. -Todos juntos!!- Les grita Hazel a Ruby y Zadquiel, él mismo volando hacia donde Jules y Sylvain. Los dragones llevan a los dos chicos al suelo, y las bestias rodean al grupo con sus alas, cargando también a Jules para que todos estuvieran juntos. Mientras, el mana en el aire se acumula con tal fuerza que piedras y escombros comienzan a flotar.

El Juicio Divino se acercaba.

Hazel sonríe con algo de melancolía, parado sobre las cabezas de los dragones. -Eres un maldito, viejo...- susurra para sí, su mano humana empuñando un sable que colgaba de su costado, el mango enredado con un crucifijo que brillaba tenuemente. -Aún cuando ni siquiera tu alma existe sigues cuidándome, eh?

Sinmara, la espada que Keitaro Furukawa le había regalado hace tantos años, brilla al ser sacada de su funda. -Vamos, Sinmara, hagámoslo una vez más, en el nombre del viejo odioso!!- El profesor levanta la espada al aire al mismo tiempo que los ojos colosales de Marduk se fijan en el pequeño hombre pelirrojo. Las dos orbes irradian tanto mana que parecían arder en fuego blanco, y de pronto, dos cruces gigantes hechas de luz los iluminan como faros.

La tierra tiembla con fuerza y un ensordecedor rugido llena el aire. El mana de Marduk empieza a consumirlo todo en una inmensa luz blanca de muerte y destrucción. Los dragones van desintegrándose poco a poco por el poder, pero el pelirrojo aún sostenía el sable en alto.


Sinmara comienza a absorber todo el mana del Juicio Divino en su hoja, la imagen de una mujer hecha de llamas blancas creciendo desde el sable. De pronto, sólo hay silencio. El coloso de metal se yergue ante el espíritu de la espada, quien lo mira fijamente, para luego volar hacia el firmamento y partir las nubes, liberando todo el mana del Juicio hacia el cielo, donde no pudiera lastimar a nadie.

Tan sólo pedazos de los dragones quedaban después del poderoso ataque, sin embargo, uno de ellos, aún pudiendo moverse, detiene a su amo antes de que caiga al piso. El profesor, aunque visiblemente agotado, sonríe, viendo de vuelta a sus alumnos.

Los cuatro chicos estaban sanos y salvos...

Notas escribió:
Felicidades! Salvaron el día vivos y coleando. Todos los hicieron muy bien! Disculpen la super cutscene, pero ya quería emparejarnos con la historia. Sin embargo, aún falta un poco del post, así que siéntanse libres de postear reacciones y etc. La pelea ya terminó, y todos están juntos en las ruinas.

Lo había logrado, lo habían logrado, estarían todos juntos de nuevo, es lo primero que pasó por la mente de la demonio al sentir como el suelo debajo de sus pies desaparecía, estaba por dar un aletazo para mantenerse levantada cuando siente como su caída es rápidamente frenada por un dragón.

Ruby voltea a ver la cúpula y el como tanto Sylvain como Jules también eran ayudados por los dragones, de igual manera voltea a ver a Zad y sonríe, todos estaban bien, pero al llegar al suelo pudo darse cuenta que no era momento de cantar victoria, sin saber que más hacer la demonio siguió las órdenes del maestro corriendo en dirección a Syl y Jules, abrazando a este último con cuidado.

Luego fueron cubiertos por las rojas alas de los dragones de mana, bajó la cabeza abrazando al abbadon con cuidado tratando de protegerlo con su cuerpo de lo que fuera que pudiera pasar, abrazando a su novio miró lo que ocurría, la imponente imagen de Marduk y de aquella blanca figura que salía de la espada del profesor cargando todo  el mana consigo y llevándolo a los cielos.

No fue hasta ese momento que Ruby soltó el aire, lo había estado conteniendo del miedo desde que sostuvo a Jules entre sus brazos. Volteó a ver a los dos ángeles con una leve sonrisa en su rostro, aquella sonrisa que solo Jules conocía —Sylvain...no vuelvas a preocupar a Eos de esa manera y hagas lo que hagas— Voltea a ver a Zad, mirando por un momento su brazo y alas faltantes —Nunca le des la espalda a tus amigos— Le sonrió a Sylvain de vuelta y esta vez volteó a ver a Jules su aura cambiando por completo.

Tantas cosas que quería decirle a Jules en este momento, quería regañarlo, consolarlo y atesorarlo por siempre, lo único que hizo sin embargo fue mirarlo a los ojos y acercándose a su oído murmurar algo para él, y solo para él, seguido de lo cual le dio un profundo beso.

Jules muy apenas pudo reaccionar ante las acciones de Sylvain, apuntando hacia él y creando un escudo de mana gris bastante burdo. Para fortuna del abbadon aun así le fue posible resistir la estocada, solo podía observar con terror como poco a poco se cuarteaba. 

-¡Syl!- le grita, intentando que se detuviera, sin poder hacer nada mas desde su lugar. Sentia que pronto desfallecería, la perdida de sangre había sido demasiada, y estar sentado de esa manera era cansado. Justo cuando comenzaba a ver todo perdido, la cúpula se quiebra. Jules cae irremediablemente, sus alas pesadas, hasta que un dragón de mana rojo lo atrapa. La bestia lo deja en el suelo, donde inmediatamente Ruby lo abraza, protegiendolo de aquella luz brillante. Sin poder hacer nada mas Jules corresponde su acción, abrazando al demonio con todas sus fuerzas. Lo extrañaba demasiado, el pensar que tal vez nunca lo volvería a ver, aquellos intentes fueron suficientes para durarle una eternidad. 

Una vez que el peligro a pasado observa en silencio como Ruby habla con los demás, el abbadon buscando a Sylvain con la mirada durante esos momentos. Alegre de verlos a el y a Zadquiel vivo,  aun le preocupaba que el chico de cabello plateado intentara suicidarse una vez mas. Es entonces cuando Ruby se dirige a él susurrando aquellas palabras a su oído, tantas cosas que quería decirle, y no tenia la fuerza para nada de ello. Intenta corresponder el beso, con lo poco que le queda de fuerza, desfalleciendo una vez que se han separado y esta seguro de que todo a terminado. 


Faltaban tantas cosas por hacer y decir, pero el abbadon ya no podía. Perdiendose en un profundo sueño, frustrado con su propia existencia.

Le regresó la sonrisa a la demonio y se voló a prisa hacia donde estaban los demás después de ver como los dragones tomaban a sus compañeros.

Miró atentamente lo que hacia el profesor y se acercó con la pareja y Sylvain, sonriéndoles de manera amable. "Tranquila Eos, Sylvain está a salvo." Pensó para si mismo, para luego acercarse a Sylvain. -Toma un poco de esto.- Dijo ofreciéndole algo de la poción, también le daría a Jules de la misma cuando Sylvain hubiera recuperado sus fuerzas. -El juicio acabó Sylvain y no estás solo.-

Le volvió a sonreír, esperando ayudarle a calmarse un poco después de todo lo que había tenido que hacer.

-Ruby...- Se acercó con la demonio y le entregó el frasco con lo que quedaba de la poción. -Dáselo a Jules, lo necesita.- Miró como el abbadon dormía y suspiró un poco.

La calma empieza a apoderarse del campo de batalla, y el viento empieza a soplar con tranquilidad. El grupo estaba a salvo, y los chicos empiezan a recuperar sus fuerzas gracias a la poción que Zadquiel les ofrece. El profesor camina junto al ángel pelirrojo, y le pone una mano en el hombro, sonriéndole con orgullo. -Lo hicieron muy bien,- les dice a Zad y Ruby, asintiéndole al Sanctus, aunque haciendo una mueca al ver el mal estado en el que lo había dejado la batalla. -No te preocupes... estarás bien,- dice dándole unas ligeras palmaditas a su brazo metálico.



Poco a poco, el cuerpo de Marduk empieza a petrificarse, perdiendo el brillo, la vida que lo ataba a este plano yéndose en susurros. La armadura metálica se transforma en roca, y pedazo a pedazo,el coloso empieza a derrumbarse en nubes de polvo que a su vez se transforma en chispas de mana.

-Gracias... a ambos,- responde Syl ante los esfuerzos de aliento. Sin embargo, aún sonriendo con melancolía ante las palabras de aquellos que ahora podía llamar sus amigos, se encontraba de rodillas en el piso.

-Fallé mi llamado, querida...- susurra el ángel de pronto, al mismo tiempo que una luz brilla frente a su rostro. Eos toma forma ante él, la pequeña hada también sonriendo al ponerle una mano sobre la mejilla. Después de esto, la pequeña vuela con prisas hacia Jules, rodeándolo a él y a Ruby con polvo de hada, y luego dándole al Abbadon un pequeño beso en la frente.

Eos mira hacia Zad y Ruby unos segundos, sonriéndoles a ambos. Aunque ya no pudiera hablar con ellos, era obvio que estaba agradecida. Sin embargo, Zad es el primero en notarlo...

Eos empieza a desvanecerse poco a poco al mismo tiempo que una pluma blanca cae lentamente al piso. Una a una, las plumas de las alas de Sylvain empiezan a teñirse de negro, la obscuridad reflejando la luz de la pequeña hada, quien vuela con calma hacia Sylvain, poniendo ambas manos sobre las mejillas del Sanctus.

El chico le sonríe con lágrimas en los ojos. -Perdóname, Eos.- Ella simplemente niega con la cabeza. Ambos sabían que lo que completar el juicio hubiera ameritado, y ambos aceptaban ahora su destino. El destino que rompería un lazo que había durado toda una vida...

-Nunca te olvidaré, querida,- le dice el Sanctus con una sonrisa, incapaz de que la última imagen que viera la pequeña fuera una que no fuera su sonrisa. Eos pone gentilmente su frente sobre la de Syl, y pronto su figura desvanece por completo, sólo dejando un par de chispas de luz que acarician el piso antes de volverse nada.

Sylvain se queda de rodillas, inmovil, al mismo tiempo que una última lágrima corre por su mejilla, las plumas de sus alas ahora negras bailando suavemente con el susurro del viento.

El silencio envuelve el aire una vez más, esta vez por respeto, antes de que los pesados pasos del profesor se acerquen a Sylvain, poniendo una mano sobre su hombro. -Vamos,- le dice lo más gentilmente que podía, mirando a los demás al mismo tiempo. -Tenemos que volver a casa... nuestra familia nos espera.

Notas escribió:Se acabó~! Pueden postear una última vez si quieren, o pueden no hacerlo también. Muchas gracias por todo y espero que el post les haya gustado <3 Todos lo hicieron super bien y no me pudo tocar un mejor grupo.